Las navajas son un marisco muy reconocible gracias a sus valvas alargadas. Suele estar disponible los 365 días del año, por lo que es estupendo para servir como entrante en una comida o cena, incluida la Navidad, para salir un poco del típico cóctel de gambas (que también está muy rico) o los langostinos con mayonesa (que también están muy bien, ojo).
Pero es que, además, aportan una gran cantidad de nutrientes, como fósforo, yodo, calcio, magnesio, potasio, omega-3 y vitaminas B9 y B12.
Salvo por las dos horas que tienen que estar en remojo para que suelten la arenilla, es un plato bastante rápido de hacer.
Ingredientes:
- 500 gramos de navajas
- Agua y sal para lavarlas
- 5 dientes de ajo
- 1 cucharada de perejil fresco picado
- 100 ml de aceite de oliva y un poco más para la sartén
- Sal al gusto
Elaboración:
1. Primero tendremos las navajas sumergidas en agua con sal al menos dos horas, cambiando el agua al menos un par de veces, para que suelten la arena.
2. Mientras las navajas están en remojo, podemos ir preparando el aliño, para ello, ponemos en un mortero o una picadora el perejil, los dientes de ajo pelados (sin el germen interior, para que no "repitan"), el aceite y la sal al gusto y licuamos o machacamos en el mortero, pero sin que llegue a quedar como un puré, es decir, que quede picadito. Reservamos.
3. Aclaramos las navajas y las secamos ligeramente con un paño limpio o con papel de cocina absorbente.
4. Ponemos un chorrito de aceite en una sartén antiadherente y cuando esté caliente (sin echar humo) echamos las navajas.
5. Pasado un minuto o dos, las removemos para darles la vuelta y añadimos el aliño. Dejamos un minuto más y retiramos del fuego, y ya estarían listas para comer.
Notas:
- Podemos acompañarlas de limón, ya que queda muy bien con el aliño de ajo y perejil.
- Si os parece mucho aliño, podéis hacer la mitad, o hacer la medida entera y congelar la mitad en una cubitera para utilizarlo en otra ocasión, como por ejemplo, en un plato de pescado o carne a la plancha.