Este es el caso de los nuggets de pollo, un alimento a menudo ultraprocesado que dispensan las cadenas de comida rápida y que se suele servir junto a una salsa barbacoa o similar.
Hoy vamos a hacer nuggets de pollo en Thermomix, y vamos a ver cómo podemos hacerlos para que queden realmente deliciosos a la par que mucho más saludables que los habituales que se sirven en los restaurantes.
Se trata de una invención de la industria alimentaria americana. La historia nos lleva a 1963, año en el que el ingeniero agrícola Robert C. Baker patenta un método de fabricación de pequeños bocados de pollo molido, aprovechando así el desperdicio de las carcasas de ave.
Este invento surgió a la luz de la Segunda Guerra Mundial, que supuso un punto inflexión en la manera que tenían las familias estadounidenses de nutrirse.
La carne de res fue sustituida mayormente por la carne de pollo, convirtiéndose en la más importante fuente de proteínas del país, ya que el vacuno se dirigía en exclusiva a proveer a las tropas destinadas en suelo enemigo.
Terminada la contienda, y ante el aumento desmedido de la producción de pollo, las empresas ganaderas no sabían qué hacer con el excedente, momento en el que además de los nuggets de pollo surgieron el fiambre de pavo y las salchichas de pollo.
McDonald´s se interesaría rápidamente por el producto, incluyéndolo en su carta desde 1981, y llegando al resto de restaurantes de la franquicia en 1983.
Desde entonces, estas bolitas de carne rebozadas y fritas, se han convertido en un imprescindible de las cartas de los restaurantes fast food.
Cómo hacer nuggets de pollo caseros en Thermomix
A los niños les encantan, y gracias a la Thermomix, seremos capaces de armar unas delicias de pollo perfectamente saludables y ricas.Está claro que lo que más compromete la calidad nutricional de los nuggets es el método de cocción que se usa para cocinarlos: la fritura.
No obstante, una fritura esporádica hecha con aceite de oliva virgen, siguiendo una serie de pautas para evitar que el producto absorba demasiada grasa, no debería suponer un desbalance de la dieta.
Aun así, siempre pueden cocinarse en freidora de aire o, incluso, en el horno. Disfruta comiendo saludable.
Ingredientes:
Pechuga de pollo deshuesada 500 g
Queso Philadelphia 200 g
Pimienta negra
Pan rallado 2 cdas
Sal
Huevo batido (rebozado) 3 ud
Panko (rebozado) 500 g
Aceite de oliva virgen extra Arbequina (cantidad suficiente para freír)
Elaboración:
Pondremos los trozos de pechuga de pollo limpios en el vaso, desprovistos de cartílago, grasa, huesecillos y piel. Salpimentaremos al gusto y trituraremos 8 segundos a velocidad 7, consiguiendo una especie de masa de carne maleable similar a la que dispensan en los supermercados.
Incorporaremos el queso Philadelphia y dos cucharadas de pan rallado, las cuales ayudarán a dar más empaque y consistencia a la masa, facilitando posteriormente el boleado. Mezclaremos 8 segundos a velocidad 7, convirtiéndola en una masa algo pegajosa que filmaremos y enfriaremos.
Con 30 minutos de frío bastará. Entre tanto aprovecharemos para preparar el rebozado. Dispondremos 3 huevos en un plato y los batiremos enérgicamente con una pizca de sal. Aparte, en otro plato añadiremos medio kilo de panko o pan rallado. El primero dará un resultado mejor.
En la actualidad se ha popularizado mucho el panko, un pan rallado de origen japonés con trazo mucho más grueso y que convierte el rebozado en algo más crujiente, vistoso y divertido. Sacaremos la masa del frigorífico y daremos forma a las bolitas ayudándonos con dos cucharas.
Hay quien arma barritas o discos planos. Lo ideal es que no sean demasiado grandes, y que con estas proporciones, por tanto, nos salgan al menos 20 unidades. Echaremos abundante aceite de oliva en una parisién y lo calentaremos hasta los 180º aproximadamente.
Pasaremos las bolas bien compactadas por huevo y pan rallado, y luego otra vez por huevo y pan rallado, asegurándonos así una coraza resistente que no se romperá en la fritura. En este momento pueden meterse en bolsas de plástico y congelarse para su posterior consumo.
Es importante que a la hora de freírlas, si los nuggets han estado o aún están congelados, volver a pasarlos por panko o pan rallado, puesto que habrá absorbido mucha humedad. Iremos friendo los nuggets en pequeñas tandas, vigilando que la temperatura del aceite no baje drásticamente.
Deben tornar en un agradable color ámbar, rubio, y no quedar demasiado tostados, signo inequívoco de que la acrilamida ha comenzado a hacer acto de presencia. Los escurriremos con una araña, e iremos acomodándoles en un plato amplio con papel de cocina en el fondo.
Serviremos acompañados de una salsa barbacoa, alioli, ajonesa, ketchup, salsa de yogur o mostaza. Es frecuente que suelan incluirse unas hojas de lechuga sosteniendo las bolitas. Para hacerlos en el horno, precalentar a 180º con calor arriba y abajo y hornearlos a media altura por 20 minutos.
¡Qué aproveche!
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