¿Y cuando vas a la playa? De lo único que comen suficiente es arena, porque no se paran quietos ni un instante, y ya hay más arena dentro que fuera de la toalla, y esos deditos que no dejan de apoyarse por todos lados, directos a la comida, ¡qué crujiente está hoy el filete empanado, mami! (cris, cris, cris)
Ya tiene una bastante con el calenturón de estar comiendo allí a pleno sol (ni una palmerita hay en este desierto, por favor, ni un arbustito) y ese tío que está comiendo justo enfrente de servidora, sin ningún tipo de miramiento, en tanga (que tengo el estómago delicado, y estas visiones me lo revuelven) que ni George Clooney ni nada, que es del tipo tripudito peludo y eso debería estar prohibido, y no que yo me lleve al perro, que también es peludo, pero es muy rico, y excava hoyos en la arena, que ni la mejor de las Caterpillar.
Como decía, ya tiene una bastante con todo esto, para aún encima tener que discutir con los niños por la comida...
-¡¡Andreítaaaaaa, cómete el pooooolloooooo!!
Señores, hoy traigo la solución. Nada mejor que unos nuggets caseros, que los niños los devoran, y ahí donde los ven, son la mejor comida playera del mundo. Se comen con los deditos así, con dos deditos, sin tocar demasiado y sin llenar de arena. Tienen tamaño de bocado, con lo que reducimos las posibilidades de que reciban un segundo rebozado en crujiente arena de la playa. Se comen rápido, que no tenemos que estar peleando para que acaben, y se vayan a jugar, que mami tiene que descansar...
Así que, el día antes hacemos unos nuggets, los metemos en un táper... ¡y listo! ¡A disfrutar del día playero!
Nuggets de pollo {caseros}
Ingredientes {salen aprox. 20 nuggets}:
350 g pechuga de pollo.
2 rebanadas de pan de molde (sin corteza) remojadas en un poquito de leche.
60 g de queso crema (tipo Philadelphia).
1 cucharadita de ajo en polvo (o menos, si no os gusta).
pan rallado.
huevo batido.
sal y pimienta.
Preparación:1. Le pedimos a nuestro carnicero que nos pique la pechuga de pollo, o bien la picamos nosotros mismos en casa.
2. Ponemos a remojo las 2 rebanadas de pan de molde, sin corteza, con un chorrito de leche.
3. En un bol ponemos la pechuga picada, sal, pimienta, una cucharadita de ajo en polvo, los 60 g de queso crema y el pan de molde escurrido. Amasamos todo junto, con las manos, hasta obtener una masa uniforme y bien integrada.
4. Formamos pequeñas bolas con las manos y las aplastamos un poco, dándole la forma característica de los nuggets. Los pasamos por pan rallado, huevo batido, y otra vez pan rallado. En esta segunda capa de pan rallado, a mí me gusta utilizar el pan rallado crujiente o panko, me encanta que queden con esa textura, pero podéis utilizar el normal.
5. Freímos en aceite bien caliente hasta que estén bien doraditos, y los dejamos un momento sobre un par de hojas de papel absorbente, para retirar el exceso de aceite que hayan absorbido.