Vamos a tratar hoy un tema que me tiene muy.... muy.... digamos quemado. Son las viejas que se te cuelan en la cola del super con la premisa de que llevan poco y que tienen prisa. Esas que hacen como que no te han visto, se cuelan, y si les dices algo, juran y perjuran que estaban allí desde antes de que inaguraran la tienda. Supongo que todos sabéis a lo que me refiero.
Pero vamos a ver, es que me ven ustedes cara de imbécil. ¿Es que mis rasgos faciales o mi edad me definen como alguien del que puede usted reírse? ¿Es que se cree usted que el haber nacido en 1600 le da derecho a ser una maleducada? Como diría Fernando Fernán Gómez, ¡¡Váyanse a la mierda!!
Si YO veo que llevo mucha compra y el de detrás poco, le propongo pasar. Pero seré yo el que lo decida. Insisto, YO, no una vieja maleducada con prisa por llegar a casa a ver el Sálvame.
El otro día ya me harté y lo atajé de raíz. Estaba en la cola con una única cosa y viene una vieja (no anciana o persona mayor, no, una vieja) y me pregunta si puede pasar. Le sonreí y le contesté amablamente lo siguiente:
-Pase, no se preocupe, no tengo prisa, a mí todavía me queda mucha vida por delante-
Le dio tanta vergüenza lo que le dije que se puso detrás sin rechistar y sin poner mala cara. Vamos hombre, ya está bien.
Lo mismo pasa cuando abren una caja nueva y la cajera dice:
-Vayan pasando por aquí en orden de cola.
¡¡En orden de cola!! ¿Acaso tiene usted un grave caso de sordera testicular y oye lo que le sale de los huevos? ¿Cómo pasa usted de oir "en orden de cola" a "la del abrigo de bisón y zapatillas de andar por casa que pase primero y luego el resto". De verdad que no lo entiendo ni lo entenderé jamás.
Por eso, filibusteros, ¡¡uníos!!. Que no os la cuelen (y nunca mejor dicho) y sed vosotros los que elijáis quién pasa delante y quien no.