Hacía ya demasiado que no os traía ningún pan ;). Así que hoy vamos con una receta la mar de sencilla con la que he aprovechado para probar el amasado de mi nueva batidora amasadora.
La idea de hacerlo de cerveza negra surgió en cuanto abrí la degustabox, me dije -lo primero un pan con esta cerveza- y googlee un poquito hasta que encontré esta receta. Yo he sustituido además 50 gr de la harina integral por harina de escanda y he reducido considerablemente la levadura. Han quedado unos bollos bien ricos, para un bocata la mar de sabroso (lo confieso, he metido unas rodajitas de chorizo ahí dentro y está de morirse).
Podéis amasarlo como mejor os venga, amasadora, thermomix, panificadora o incluso a mano, que no me pareció una masa demasiado dificil de trabajar.
Ingredientes: 330 gr de cerveza negra, 7 gr de levadura fresca, 250 gr de harina de fuerza, 250 gr de harina integral, 50 gr de harina de escanda, 10 gr de sal y 30 ml de aceite de oliva.
Deshacemos la levadura en la cerveza, añadimos el aceite y encima ponemos las harinas (podéis usar las que queráis, no hace falta usar las mismas que yo he utilizado, es lo bonito del pan, mezclar y probar diferentes harinas para ver distintos resultados) encima del todo ponemos la sal.
Amasamos como mejor nos convenga. Yo en esta amasadora lo mezcle primero a velocidad baja un par de minutos, luego lo dejé reposar 5 min, amasé otros 3 min, mas reposo… así 3 o 4 veces hasta que la masa estaba completamente lisa y el bol quedaba limpio.
Dejamos levar hasta que doble su volumen.
En este punto a mi me gusta dejarlo levar toda la noche en la nevera porque así controlo mejor los tiempos y no me dan las mil preparando el pan. Además ganaremos mucho en sabor alargando estos levados.
A la mañana siguiente sacamos la masa de la nevera, dejamos que se atempere y formamos los bollitos (me salieron 11) los dejamos levar de nuevo. Yo en esta ocasión los metí en el horno apagado con un bol de agua hirviendo debajo para que le diera humedad y en menos de 1 hora estaban listos para el horno.
Les hacemos unos cortes en la superficie y cocemos en el horno precalentado 200º y con un bol de agua en el interior durante unos 25-35 min (cada horno es un mundo).
Finalmente los dejamos enfriar sobre una rejilla y ya solo nos queda pensar en que podemos meterle dentro ;).