Insistían los jóvenes de la familia: “¿Por qué no ponéis hamburguesas en el blog?” Y nosotras respondíamos que ya había, pero ellos, los jóvenes, son insaciables y querían más. Total que accedimos pero con la condición de que partiríamos de cero y que haríamos nuestro propio pan. Un pan específico para alojar en su interior una rica hamburguesa de ternera con su rodaja de tomate, cebolla, unos pepinillos, una hoja de lechuga a modo de cama y su manto de queso cheddar. Todo ello acompañado de unas ricas patatas fritas caseras. No torcieron el morro. Buena señal.
RECETA
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INGREDIENTES (para 5 panecillos)
300 g de harina de fuerza
200 g de leche templada
8 g de levadura fresca
10 g de azúcar
6 g de sal
20 g de mantequilla
Sésamo
PREPARACIÓN
Disolver la levadura y el azúcar en la leche templada.
Añadir la harina y la sal procurando que ésta no entre en contacto con la levadura. Amasar con ayuda de una amasadora hasta que la mezcla se despegue de las paredes. En caso de amasar a mano, trabajar la masa hasta que no se pegue a las manos. Cortar la mantequilla en trocitos pequeños y trabajar con la masa hasta integrarla completamente.
Colocar la masa en un recipiente untado con aceite y dejarla tapada hasta que duplique su tamaño (una hora aproximadamente si la temperatura de la cocina es de 24 o 25 grados). Cuando haya duplicado su volumen desgasificar en el mismo recipiente aplastando la masa con el puño y dejar que leve nuevamente hasta duplicar su volumen.
Echar la masa sobre la encimera enharinada y cortar porciones de 100 gramos. Formar bolas con cada porción y colocarlas en una bandeja de horno sobre papel sulfurizado. Dejar 10 minutos y aplastarlos con la mano para darles forma. Dejar sobre la bandeja de horno hasta que aumenten de volumen.
Precalentar el horno a 220º con calor arriba y abajo.
Pincelar los panecillos con agua y poner por encima unos granos de sésamo.
Pulverizar el horno con agua, bajar la temperatura a 210º y hornear durante 15 minutos aproximadamente (siempre dependiendo del horno).