Los Papos de Anjo es un dulce tradicional portugues, elaborado a base de yemas de huevo y almíbar, y como muchas de nuestras mas conocidas y apreciadas recetas, procede de las cocinas de los conventos. Portugal durante los siglos XVIII y XIX, se convirtió en el principal productor de huevos de Europa, cuyo destino principal, era la clarificación del vino blanco a través de las claras. Debido a ésto, son abundantes los dulces portugueses elaborados con yemas, ya que muchos de ellos nacieron de la necesidad de aprovecharlas.
Los Papos de Anjo, son un postre delicado, suave, tierno, delicioso, superfáciles de hacer y cuyos ingredientes son casi y exclusivamente las yemas propiamente dichas y un almíbar que aromatizaremos a nuestro gusto, en mi caso con una rama de canela, un trozo de cáscara de naranja, un chorrito de agua de azahar y un par de clavos.
Los papos de Anjo son bizcochos suaves muy conocidos, apreciados y extendidos también en Brasil, me recuerdan a los cabezotes cubanos, pero a diferencia de éstos no llevan nada de harina y se conservan en almíbar.
Si os apetece probar un postre típico conventual portugués, fácil de elaborar, que tan solo precisa huevos y un almíbar aromatizado a nuestro gusto, no os podéis perder esta receta, os encantará lo sublime de la sencillez.
PAPOS DE ANJOIngredientes:
9 Yemas
1 Huevo
500 g. Azúcar
500 ml. Agua
Media cáscara de naranja
1 Palo canela
2 Clavos
1 Cucharadita de agua de azahar
Mantequilla para engrasar los moldes
Elaboración:
En una cazuela ponemos el azúcar con el agua, la cáscara de naranja, el palo de canela, los clavos y el agua de azahar, hacemos un almíbar ligero dejando cocer todo durante unos 5 minutos a fuego medio. Retiramos y reservamos.
Mientras en un bol ponemos las yemas con el huevo entero y batimos con las varillas eléctricas durante unos 8 minutos hasta que banqueen y tripliquen su volumen.
Calentamos el horno a 180º, Engrasamos unos moldes tipo cupcakes o flaneras y con mucho cuidado, rellenamos hasta la mitad de su capacidad. Horneamos a 170º durante unos 10 minutos, no conviene excederse en el dorado.
Sacamos y una vez templados, volcamos sobre el almíbar todavía caliente. Dejamos enfriar y conservamos en nevera. Presentamos en una copa o taza con parte del almíbar.