Una forma diferente de comer espinacas.
-una lámina de masa de hojaldre congelada
-un bote de espinacas cocidas (425 g.)
-una tarrina de queso fresco de Burgos (250 g.)
-1 cebolla
-2 cucharadas de tomate frito
-aceite de oliva virgen extra
-una cucharadita de ajo y perejil secos
-pizca de pimentón dulce
-crocanti de almendra
Relleno:
Sofreímos la cebolla picada hasta que esté un poco blanda.
Escurrimos las espinacas y las añadimos a la cazuela. Dejamos que se evapore todo el agua.
Agregamos el queso escurrido, el tomate frito y el ajo y perejil.
Mezclamos el conjunto y dejamos al fuego unos minutos para que se evapore todo el líquido y no se moje la masa.
Dejamos enfriar.
Extendemos la masa y cortamos en 8 cuadrados. La congelada a veces se pega porque viene doblada, pero la vamos a extender asi que no pasa nada.
Reservamos en un plato y vamos cogiendo uno por uno, con la parte enharinada hacia abajo.
Le pasamos el rodillo y la dejamos lo más fina que podamos.
Ponemos una cucharada del relleno en el centro.
Cerramos los extremos, formando paquetitos.
Los ponemos en una placa de horno con el pliegue hacia abajo.
Para darles color sin usar huevo, les pongo pimentón dulce y crocanti de almendras.
Horneamos 20 minutos a 200ºC calor arriba y abajo.