Y no me negaréis que saltarse el protocolo, de vez en cuando, y darse el gusto de recuperar la primitiva costumbre de prescindir de los cubiertos, es un pequeño placer.
Estos son los ingredientes para unas 6 personas:
– 1,5 kg aprox de costilla de cerdo fresca troceada.
– 3 dientes de ajo enteros.
– 2 hojas de laurel y sal.
Y para la salsa:
– 3 dientes de ajo super picados.
– 100 ml aprox de salsa de soja dulce.
– 300 ml de salsa kétchup.
– Un par de cucharadas de salsa worcestershire.
– Una cucharadita de tabasco.
– 100 ml aprox de miel.
Comenzaremos por poner agua a hervir en una cazuela amplia, con los ajos enteros, las hojas de laurel y la sal. Añadiremos las costillas troceadas una a una y las dejamos cocer unos 20/30 minutos.
Mientras se cocinan las costillas preparamos la salsa, mezclando muy bien todos los ingredientes.
Escurrimos las costillas y las pasamos a una fuente, ( yo utilicé dos en este caso, pero también podéis usar directamente la bandeja del horno). Las “bañamos” con la salsa.
Y ya sólo nos queda hornear a 200ºC durante 30/40 minutos (el tiempo dependerá de cada horno).
Y aquí tenéis el resultado. Podéis acompañarlas con unas patatas fritas o con lo que más os apetezca.
Si se trata de disfrutar de la comida con todos los sentidos, el tacto es uno muy importante.
Animaos con la receta, estoy segura que os vais a “chupar los dedos” :)