Hace unos días comenté en mi cuenta de Instagram que había una receta de mi padre que me daba vueltas a la cabeza desde hacía unos días.
Todo vino a raíz de una foto de un brócoli estupendo que compré y al que saqué unas fotos para enseñarlo. Brócoli hermoso donde los haya, de un color verde más claro al verde intenso que suele tener el calabrese, pero precioso también. ¡¡De él me dijeron que era hasta sexy!! ¿Qué os parece? ¿Quién fuera brócoli para que una mujer hermosa le diga estas cosas, eh?
Bueno, pues el galán de turno terminó cocinado en mi plato y tengo que decir que, si de aspecto era imponente, de sabor supo estar a la altura.
A favor de mi padre diré que a él le sale muchísimo mejor. Son muchos más años de experiencia y que los platos siempre están más ricos cuando otra persona nos los prepara con cariño que cuando nos los cocinamos nosotros mismos
Como casi siempre, es una receta sencilla pero muy resultona. Perfecta para aquellas personas que tuercen el morro cuando ven algo verde en el plato. Al fin y al cabo, el brócoli queda bastante camuflado entre tanta pasta. Yo utilicé unos macarrones gigantes de los que se usan para rellenar, pero casi cualquier tipo de pasta nos va bien. Como sugerencia diría que mejor escoger “pasta con agujeros”: macarrones, galets… en cualquiera de sus tamaños. En general, para condimentos para pasta que tengan trozos grandes de algo, va mejor usar pasta con huecos y agujeros porque de esta manera los trozos se esconden en los recovecos y lo comemos todo junto. Si servimos una salsa como esta con spaghetti, no es que vaya a quedar mal, pero no se adherirá bien y terminaremos comiendo espaghetti y brócoli por separado.
Pasta con brócoli
Para 2 personas:
Medio brócoli
160 grs. de pasta
2 dientes de ajo
1 cucharada de pimentón rojo (dulce, no del picante)
Sal, aceite y pimienta
Queso parmesano al gusto
Cortamos el brócoli en pequeños ramilletes, lo lavamos y lo cocemos al vapor durante unos 10 minutos. También se puede hervir, de hecho mi padre lo hace hervido y de las dos maneras queda muy bien. Cuando hagamos la salsa, el brócoli quedará teñido por el pimentón, por lo tanto si queremos conservar parte del color verde podemos separar ahora algunos ramilletes que nos servirán para decorar.
Hervimos la pasta el tiempo que diga el fabricante en agua con sal (sin aceite, recordemos esta norma de la pasta ) y la dejamos escurrir totalmente
En una sartén ponemos un chorro de aceite y salteamos el ajo cortado en rodajas finas. Cuando tenga un color ligeramente dorado añadimos el pimentón y lo tostamos todo junto.
Añadimos el brócoli a la sartén, excepto el que tenemos de decoración, añadimos una pizca de sal y pimienta y lo salteamos unos minutos. Pasado ese tiempo incorporamos la pasta el tiempo justo para que se mezcle bien
Al servir lo haremos con el brócoli que habíamos separado y espolvoreando queso parmesano al gusto
Me encantaría seguir explicando pasos de la receta, pero es que eso es todo. Es tan sencilla y queda tan diferente que casi ni parece que estés comiendo verdura.
Seguro que hay mil maneras más de preparar el brócoli que no sea ni al vapor ni hervido. Yo personalmente me lo como hasta crudo a bocados como la gran mayoría de las verduras, pero vaya, es otra de mis rarezas. ¿Qué otras recetas conocéis, aprovechando que ahora es temporada?