Que locura, más de un mes sin escribir en mi querido blog, "mon dieu", por más buenos propósitos que me haga no los cumplo ni a la de tres, así que, he decidido, que iré por libre.
Y esto no quiere decir que no cocine, absolutamente todo lo contrario, estoy en una fase de aprendizaje total, pero desde la base. Espero tener tiempo para poder ir contándoos mis progresos, y así de paso os enseño lo que yo aprenda.
Estoy a tope con el pan, con su masa madre incluida. A tope con mis recetas de thermomix, geniales para mis táperes en la oficina. A tope con mis cursos de cocina por Internet (ya no me quedan horas al día para hacer las cosas en directo), etc.
Y a todo esto le tengo que sumar que estoy en una etapa disoluta, o sea que me apunto a un bombardeo, y parar, lo que se dice parar en casa no mucho, vamos lo justo para hacer lo que os he dicho en el párrafo anterior.
Mi hijo empieza a festejar, de una forma preocupante, cuando nos quedamos una tarde en casa, ainsss, a ver si me voy a estar pasando.
Pero bueno, vamos a lo que vamos.
La receta de hoy es "ultramegasencilla" a más no poder, y mira que hacía tiempo que la quería hacer, pero por una cosa o por otra nunca me ponía.
Lo que si tenía es la maravillosa máquina para hacer pasta desde el día de mi cumpleaños (julio), pero vamos, en su caja bien guardada. Así que decidí quitarle el polvo y utilizarla, y creo que no será la última vez, la diferencia con la pasta seca es abismal, no hay color.
Vamos a por ella.
INGREDIENTES:
200 gr de harina normal.
2 huevos medianos a temperatura ambiente.
1 cucharada de aceite de oliva virgen extra.
1/2 cucharadita de sal.
ELABORACIÓN:
Mezclamos todos los ingredientes y amasaremos hasta que consigamos que no se nos pegue a los dedos y quede lo más lisa posible (no voy a engañaros, con una amasadora es un plis plas, pero se puede hacer perfectamente a mano).
Cuando la tengamos lista hacemos una bola y la envolvemos en papel film, la dejaremos reposando 15 minutos (si hace mucho calor mejor guardarla en la nevera).
Y ahora viene otra parte en la que también una maquinita os facilitará mucho la vida (me vais a odiar, lo se, pero yo al principio también era así y poco a poco he ido claudicando ...). Estiramos la pasta, yo con mi máquina para pasta (si me tenéis que odiar que sea con motivo, jejeje), si no, se puede hacer también con un rodillo. La cortaremos en tiras fina con la máquina (ahora si que ya me he pasado) o con un cuchillo.
La dejamos secar encima de un paño de cocina una hora más o menos.
Para cocerla hay que poner abundante agua en una olla con sal, cuando empiece a hervir ponemos la pasta y la tendremos lista en 5 minutos.
Escurrimos (si pasar por agua fría) y le ponéis la salsa que os apetezca, y listos.
Nosotros estos tallarines nos los comimos a la carbonara, podéis ver mi versión aquí.
Y por hoy esto es todo, ya ni os digo ni cuando volveré ni nada, pero estad atentos, que estas Navidades vienen muy cargaditas.
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Un beso enorme a todas/os.