Ingredientes
2 cucharadas de aceite de oliva suave.
1 cebolla picada.
750 gr. de calabaza asada.
2 morcillas de arroz.
300 gr. de bechamel espesa.
50 grs. de queso manchego curado.
pan rallado.
4 huevos y 150 cl. de nata (crema de leche).
piñones recién tostados.
sal, pimienta negra y haba tonka.
Escaldamos la calabaza en el microondas, sin agua, durante 5 minutos.
Ponemos la calabaza salpimentada y cortada en pequeños dados en el horno a 170º C durante 20 minutos o hasta que la calabaza esté totalmente cocinada. Metemos también en el horno las morcillas los 5 o 10 últimos minutos.
Calentamos un par de cucharadas de aceite en una sartén y rehogamos la cebolla, removiendo de vez en cuando, durante unos minutos. Añadimos la calabaza asada (reservando unos 50 gr.) que machacamos con un tenedor, la bechamel, el queso, unos piñones tostados y salpimentamos. Dejamos cocinar todo junto durante 5 minutos.
En un bol batimos los huevos y les incorporamos la mezcla con calabaza que tenemos en la sartén cuando esté tibia.
Pelamos la morcilla y la cortamos en rodajas gruesas.
Vertemos la preparación con la calabaza en un molde de plum-cake engrasado y espolvoreado con pan rallado, le ponemos las rodajas de morcilla encima y lo cubrimos con papel de aluminio.
Horneamos, baño maría, durante 80 minutos aproximadamente a 180º C, apagamos, quitamos el papel de aluminio y dejamos dentro del horno otros 20 minutos más.
Mientras el pastel se cuaja en el horno, batimos la calabaza que hemos reservado con 150 cl. de nata (crema de leche) líquida, sal, pimienta y haba tonka rallada, consiguiendo una salsa suave y aromática de calabaza.
Servir tibio y adornar con piñones tostados y la salsa de calabaza.