Ingredientes:
6 huevos
180 gr. de azúcar
120 gr. de harina
50 gr. de maizena
sal
Para la crema:
1 l. de leche
500 ml. de nata (crema de leche)
300 gr. de azúcar
la ralladura de un limón
1 rama de canela
12 yemas
12 claras para montar
140 gr. de maizena
Para el almíbar:
200 gr. de azúcar
150 gr. de agua
50 ml. de ron blanco
Preparación:
Para la crema, reservar 200 ml de leche y poner el resto a hervir junto con la nata (crema de leche), la canela y la piel del limón. Cuando hierva, retírala del fuego e infusiona unos minutos. Después retira la canela y el limón. Mezcla las yemas con los 200 ml de leche fría, el azúcar y la maizena. Junta las dos mezclas y pon nuevamente al fuego, ahora hay que remover con una espátula constantemente raspando bien por las paredes y el fondo del cazuelo hasta que espese la crema. Un punto intermedio ni líquida ni bloque, en cuanto haga la primera burbuja de hervido, fuera del fuego, tapa bien con papel de horno a piel para que no haga costra y deja enfriar. Para el almíbar, mezcla azúcar, agua más ron y pon a hervir, en cuanto arranque el hervor controla y en 8 minutos aproximadamente quítalo del fuego, reserva. Para el bizcocho, precalienta el horno a 210ºC. Y prepara dos bandejas de horno con papel parafinado. Separa claras de yemas y bate por separado cada una con la mitad del azúcar. Las claras deberán quedar tipo merengue y las yemas deberán de blanquear. Tamiza la harina, maizena y una pizca de sal, agrégala al batido de yemas con movimientos envolventes de abajo-arriba, hasta que se integre. Incorpora las claras a esta mezcla también de forma cuidadosa y envolvente. Llena la manga pastelera con boquilla plana o en su defecto otra lisa y escudilla sobre la bandeja de manera uniforme cubriendo todo el papel. Primero hornea una bandeja en el centro del horno (como tarta poco unos 6-7 min.) y luego la otra. Una vez hecho, sácalo rápidamente de la bandeja con papel incluido y ponlo sobre una superficie fría, rápidamente extiende otro papel sobre la encimera y volcamos el bizcocho encima, le despegamos el papel de cocción con cuidado y enrollamos sobre el nuevo papel, esto se hace en caliente porque sino luego se rompe el bizcocho y no hay forma de enrollarlo. El montaje lo haremos pasado un rato con el bizcocho frío y la crema también. Abrir las planchas y empaparlas con el almíbar ayudándose de una brocha, untar una capa fina de crema sobre la plancha y enrollar nuevamente sobre sí misma, apretando. Una vez enrolladas envolver con film transparente y guardar en la nevera unas cuantas horas (o hasta el día siguiente) hasta que cojan consistencia. La crema restante guárdala en una manga dentro de la nevera. Pasado el tiempo, montaremos el pastel, hazte con un aro de bizcocho, colócalo sobre el plato o tartera donde vayas a presentar el pastel. Corta los piononos de unos tres dedos de grosor y baña de nuevo en almíbar de uno en uno, corta otros de un dedo de grosor para colocarlos en los bordes de lado, después coloca cada pionono dentro del aro, finalmente rellena los huecos con crema pastelera, una vez todo a tope, cubre la superficie con la crema sobrante bien extendida o bien haciendo montoncitos. Y nuevamente al frigorífico hasta que compacte si la dejas de un día para otro mejor que mejor. Pasado el tiempo. Saca otra vez el pastel de la nevera, espolvorea primero de canela y después de azúcar toda la superficie, y con la ayuda de un quemador o soplete quema el azúcar hasta que coja un bonito color dorado. Desmolda, embellece los bordes y ya la tienes lista.