El chocolate que más me gusta es el chocolate con leche. Ismael es más del blanco. Recuerdo cuando era pequeña y esperaba ansiosa el día de la semana que me tocaba merendar chocolate con pan ó nocilla. Mi madre me decía: "no se puede comer tanto dulce que luego te salen lombrices". Y tú sin salir de tu asombro le decías. ¿lombrices? (pensando en las lombrices que salían en los días de lluvia). Si como la vecina fulanita que las tuvo y no veas como lo pasó, me decía. Y yo sólo de pensar en esos asquerosos gusanos me conformaba con sólo comer chocolate un día a la semana. ¡Qué ingenua era una por aquel entonces!
-Cupcakes de limón (ver receta aquí).
-Pastel de queso de New York (ver receta aquí).
-Barritas de limón (ver receta aquí).
Lo bueno de este libro es que todas las recetas siempre salen bien y con ellas te tienes el éxito asegurado. Decirme si no os dan ganas de comeros la pantalla del ordenador.
¡Vamos con la receta!
Como consejos nos dicen que si se utiliza un chocolate negro de buena calidad el resultado final será mucho mejor (como es lógico) y nos da la opción antes de hornearlo de añadirle una mezcla de pepitas de chocolate (negro, con leche y blanco) para aportarle intensidad ( yo esto no lo hice).
Necesitamos un molde de base desmontable de 23 cm de diámetro, engrasado con mantequilla y forrado con papel de horno.
Ingredientes (para 10-12 porciones)
Para la base.
200g de galletas tipo digestive.
2 cucharadas de caco puro sin azúcar.
150g de mantequilla derretida.
Para la masa.
900g de queso crema.
190g de azúcar.
1 cucharadita de extracto de vainilla.
4 huevos L.
200gr de chocolate negro.
Precalentamos el horno a 150ºC calor arriba y abajo.
Elaboración de la base:
Trituramos las galletas con un robot de cocina o en una bolsa tipo zip aplastándolas con un rodillo.
Mezclamos bien las galletas trituradas con el cacao y añadimos poco a poco la mantequilla derretida a la vez que vamos mezclando.
Presionamos la mezcla en la base de nuestro molde preparado con la palma de la mano o con una cuchara para que quede bien comprimido. Refrigeramos.
Elaboración de la masa.
En un bol ponemos el queso crema y el extracto de vainilla y lo batimos con varillas a una velocidad lenta ( si no tenemos con una batidora eléctrica manual) hasta obtener una mezcla homogénea.
Añadimos los huevos uno a uno mientras seguimos batiendo a velocidad media rebañando bien con una espátula de silicona las paredes del bol. No añadiremos el siguiente huevo hasta que se integre el primero y así sucesivamente. No debemos batir en exceso porque se podría cortar el queso. Tenemos que obtener una mezcla ligera y esponjosa.
Fundimos el chocolate en un cuenco a baño María o en el microondas en periodos de treinta segundos para evitar que se queme.
Añadimos un poco de chocolate fundido a la mezcla anterior y movemos para que se igualen las temperaturas. Añadimos el resto del chocolate y mezclamos bien.
Forramos muy bien el molde por fuera con papel albal para evitar que entre agua.
Vertemos la mezcla en el molde forrado.
Colocamos nuestro molde en la bandeja del horno (segunda altura), añadimos agua fondo de la bandeja que cubra parte del molde. La cantidad de agua que se añade es la que entre en la bandeja sin que se derrame). No se si me explico bien.
Horneamos 40-50 minutos (eso es lo que dice el libro) comprobando regularmente la cocción. En mi horno estuvo una hora, pero eso depende del horno. No debemos hornear en exceso, debe quedar un poco tembloroso en el centro.
Dejar enfriar ligeramente en el molde, taparlo con film y refrigerarlo toda la noche antes de servirlo.
Lo más engorroso es hornear a baño María, pero el resultado es espectacular.
Desmoldamos con cuidado y disfrutamos de una tarta deliciosa. Espero que os guste.