¡¡ Quiero Danone, dame Danone, toma Danone….qué rico que está !!
¿Quién no recuerda aquel anuncio publicitario, en blanco y negro por supuesto, de los años 60, aquel primer “yogur” que llegó a nuestras vidas, aquél que en España cambió el nombre de yogur por Danone?.
A pesar de los años, de la multitud de marcas, sigo prefiriendo y comprando Danone, sigo llamando Danone al yogur. La publicidad fue efectiva, aunque la calidad lógicamente también me influye a la hora de comprar, por supuesto.
Aunque no nos llegó a España hasta ésa época, existen estudios científicos que acreditan que hace 4000 años los Tracios (antiguos Búlgaros), estaban familiarizados con tan rico alimento; de hecho Bulgaria está considerada como la “patria” del yogur, cuyo nombre procede del término turco “yogurmak” que significa “mezclar”.
Alimento generalizado y considerado como comida propia desde hace milenios, en India, Asia y Europa del Este hasta principios del siglo XX que llegó al resto de Europa.
Danone se fundó en 1919, en Barcelona, el nombre es debido al patronímico familiar de Daniel, el hijo del fundador Isaac Carasso; cuatro años después el colegio de médicos reconoce las cualidades terapéuticas del yoghourt y empiezan a recetarlo, poniéndose de venta en farmacias. El envase de vidrio se empezó a comercializar en 1949 y el primer anuncio salió en televisión en el año 1968 con el famoso slogan…..así llegó a nuestras casas.
La vida comercial del yogur estando en refrigeración es de tres semanas, los envases deben tener en lugar bien visible la fecha preferente de su consumo.
Mira que lo indican bien clarito: consumir preferentemente antes de……..pués a pesar de ello, llegaron a “Mi cocina” con sólo un día antes de la fecha aconsejable para su consumo. Cuatro yogures de limón de golpe….es mucho.
He de confesar que debo ponerme mis gafas, ya no la de leer de cerca, sino la que habitualmente debo de llevar hasta para escribir y ver la pantalla del ordenador, pero puede conmigo la coquetería; francamente me incomoda llevar gafas y así me va cuando voy al supermercado.
Los yogures de limón son los preferidos de mi marido, pero no como para comerse cuatro de golpe, así que a grandes males, grandes remedios: buscar en internet que podía hacer con ellos y lo encontré en el blog de Mariquilla…"una manchega loca" pero no indicaba como hacer la cobertura y “voló” mi imaginación, ya lo comprobaran cuando lean como la preparé:
Para un molde redondo desmontable, para el pastel usé:
200 gr. de galletas maría dorada, 80 gr.de mantequilla a temperatura ambiente, 4 yogures de limón, una cucharada sopera de zumo de limón, un bote de nata (crema de leche) liquida (usé President, ligera), dos cucharadas de azúcar, 4 hojas de gelatina.
Para la cobertura:
Un sobre de cobertura para tartas (comprado en el Lidl), dos cucharadas de azúcar avainillada, zumo de medio limón, medio vaso de agua y una pizca de colorante alimentario (usé del sobre de la marca Aeroplano, el que uso para las comidas, en vista de que no tenía colorante especial para pastelería en ése momento).
¿Cómo lo hice?
Poner las hojas de gelatina a remojar en agua fría.
Forrar la base del molde con papel de hornear, los laterales untar con mantequilla.
Triturar las galletas y mezclar con la mantequilla hasta conseguir una pasta homogénea.
Echar la mezcla en el molde de forma que quede la base totalmente cubierta y meterlo en el frigorífico.
Mientras, en una cacerolita echar el yogur, la nata (crema de leche) y el azúcar removiendo todo el conjunto.
Añadir el zumo de limón y las hojas de la gelatina de una en una sin parar de remover hasta que esté totalmente disuelta
Añadir esta mezcla en la base de la tarta, dejar enfriar a temperatura ambiente y posteriormente meter en la nevera una o dos horas.
Una vez haya cuajado puede realizarse la cobertura.
Así lo preparé:
Mezclar el contenido del sobre de la cobertura con el azúcar.
En una cacerolita poner el zumo de limón y el agua, echar la cobertura, el azúcar, el colorante y remover hasta obtener una mezcla homogénea.
Llevar a ebullición removiendo un minuto.
Dejar enfriar durante uno o dos minutos y repartirlo sobre la tarta previamente enfriada y cuajada.