Este es un delicioso y humilde pastel rústico, y digo rústico porque no tiene una apariencia elegante, pero te hará bien y está REQUETEBUENO. Lo improvisé con sobras de salmón y de masa filo; añadí un poco de verde, queso fresco y muy bajo en calorías, y especias para entonar los sabores. ¿El resultado? Nos relamimos de gusto ;) Lo devoramos junto a una ensalada de canónigos, tomates cherry, nueces y vinagreta de mostaza, miel y eneldo. Para 2:
5 hojas de masa filo (yo usé masas triangulares de yufta, masa filo turca que me quedaban de una receta anterior, pero la forma da igual)
250 g de queso cottage
1 calabacín (aprox. 250 g)
200 g de salmón fresco sin espinas ni piel
La ralladura de la piel de 1/2 limón
1-2 cucharadas de mantequilla
Orégano
Sal y pimientaLa preparación:
1. Ponemos a precalentar el horno a 180º. Mientras tanto preparamos la base del pastel. Derretimos una cucharada de mantequilla en el microondas sin dejar que hierva. Con un pincel de cocina untamos el molde para el pastel para que no se nos pegue a la base.
2. Untamos también con mantequilla la primera hoja de filo y la colocamos en el molde que hayamos elegido. El mío es un corazón de silicona que mide 160 cm de alto y 160 de ancho en la parte más ancha. Hacemos lo mismo con el resto de hojas, pero las colocamos en diferentes direcciones, de modo que siempre sobresalga masa por todos lados. Podemos doblarla un poco por los bordes con las manos si queremos.
3. Ahora vamos a darle por separado un primer horneado al salmón, que habremos salpimentado, y a la base del pastel (no se suele inflar, pero podemos poner garbanzos o algo así en la base para asegurarnos). Horneamos durante 5 minutos en el horno precalentado a 180º.
4. Pasados 5 minutos, sacamos ambas cosas del horno. Servimos 2-3 cucharadas de queso en el fondo del pastel y espolvoreamos con la mitad de la ralladura de piel de limón.
5. Desmigamos el salmón. No estará cocinado del todo, pero tampoco crudo. Servimos el salmón desmigado sobre la base y salpimentamos de nuevo si pensamos que le hace falta.
6. Entonces toca el calabacín. Podéis rallarlo, picarlo o lo que queráis. Yo hice espagueti con él y con los espagueti hice pequeños nidos que fui repartiendo por la superficie. Nos gustó mucho cómo quedó. Si hacéis espagueti, recordad que el centro del calabacín no se usa, lo guardamos para otra receta.
7. Cubrimos con el resto del queso, generosamente. Espolvoreamos con el resto de la ralladura de piel de limón y con un buen orégano.
8. Horneamos de nuevo, durante 10 minutos esta vez. Lo dejamos reposar un par de minutos y ya podemos desmoldar y atacar =)
¡Buen provecho!
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Bergua*