PASTEL VASCO
El pastel vasco es un postre originario del país vasco francés. En principio no tenía nombre, así que los que pasaban por allí y lo comían lo llamaban el pastel de los vascos. Y así se quedó. En un principio estaba relleno de la fruta de la zona, cerezas y moras. Después se sustituyó el relleno por crema, y hoy en día podemos encontrar el pastel vasco en multitud de variedades. Para mi gusto el mejor pastel vasco es el que esta relleno de ambas cosas, es mas jugoso, y la combinación queda riquísima.
Vayamos con la receta. Es algo larga de preparar puesto que hay que hacer varias cosas. La crema pastelera, y la mermelada de cerezas aconsejo hacerlas de día de antes. Así nos ahorraremos tiempo de espera, ya que lo ideal es que ambas estén frías a la hora del montaje. Por otro lado tenemos la masa quebrada, ésta la haremos justo el día en que vayamos a elaborar el pastel. Sin más, nos ponemos con la receta. Espero que os guste tanto como gusta en casa.
Ingredientes
- Para la masa quebrada
250 gr de harina
50 gr de almendra molida
150 gr de mantequilla
150 gr de azúcar
1 huevo
2 cucharadas de licor (yo puse ron)
1 pizca de sal
- Para la mermelada de cerezas
400 gr de cerezas
200 gr de azúcar
el zumo de 1/2 limón
- Para la crema pastelera
500 ml de leche entera
4 yemas de huevo
100 gr de azúcar
50 gr de maicena
1 cucharadita de extracto de vainilla
Receta
Empezamos con mermelada de cerezas. Podemos comprarla ya hecha, pero ya que estamos en temporada es una pena no hacerla nosotros mismos, así que os explico como.
Primero lavamos y deshuesamos las cerezas. Las ponemos en un cazo junto con el azúcar y el zumo de limón y ponemos a cocinar a fuego fuerte. Pasados unos 10' bajamos el fuego y seguiremos cocinando durante al menos una hora. Removeremos de vez en cuando, y aplastaremos las cerezas con la ayuda de un tenedor para ayudar a que se deshagan. Una vez lista, dejamos enfriar totalmente.
Segundo paso, la crema pastelera. Del medio litro de leche separamos un poco dejándolo en un vaso. En esta pequeña cantidad disolvemos la maicena. Por otro lado, ponemos el resto de la leche en un cazo a calentar a fuego lento, mientras se va calentando, batimos los huevos con el azúcar y la esencia de vainilla en otro recipiente. Mezclamos la leche con la maicena disuelta con los huevos batidos. Iremos añadiendo esta mezcla al cazo con la leche que estamos calentando, lo haremos poco a poco. Y sin parar de remover iremos viendo que la mezcla irá espesando. Una vez tenga la textura deseada apartamos del fuego y dejamos enfriar completamente.
Nos ponemos con la masa quebrada. Es una masa un poco complicada por el hecho de que lleva mucha mantequilla y si no está muy fría se nos hace difícil trabajar con ella. En cuanto veamos que se hace muy pegajosa, al congelador o nevera con ella ¿de acuerdo?
Empezamos mezclando los elementos secos, es decir, harina, almendra, sal y azúcar. Ahora cortamos en taquitos la mantequilla que estará recién sacada de la nevera. Con las manos empezamos a amasar, no mucho, lo justo para desintegrar un poco la mantequilla, aunque quedarán muchos grumos. Después añadimos el huevo batido con el licor. Seguimos amasando, la harina se tiene que integrar, pero la masa será arenosa. Separamos la masa en dos porciones, una mayor que otra, envolvemos en film y dejamos en la nevera 1 hora.
Sacamos las masas la nevera, las estiramos individualmente con la ayuda de un rodillo y entre dos hojas de papel vegetal para evitar que se nos pegue. Metemos las masas ya estiradas de nuevo a la nevera hasta que esté durita.
Montaje del pastel. Ya lo tenemos todo listo, ahora sacamos la masa, la más grande de las dos, le retiramos el papel vegetal y la disponemos sobre el molde o moldes elegidos. Si usamos individuales, como yo, cortaremos la masa en círculos. Con los dedos adaptamos la masa al molde, si se nos rompe no pasa nada, con los dedos apretamos la masa y unimos grietas. Ponemos la crema, bastante cantidad, y después la mermelada de cerezas. En la siguiente foto lo veréis bien.
Ahora sacamos a otra masa de la nevera y la extendemos sobre nuestro futuro pastel. Sellamos bien los bordes para que no se nos salga el relleno. Metemos el pastel en la nevera otro rato, 15' más o menos.
Mientras se vuelve a enfriar todo vamos precalentando el horno, a 180ºC. Batimos un huevo para pincelar nuestro pastel.
Sacamos el pastel de la nevera, lo pintamos con el huevo batido y lo metemos al horno durante unos 30'-35'. Tiene que quedar doradito. Una vez listo lo dejamos enfriar.
Y eso es todo, os aseguro que el resultado es riquísimo, vale la pena hacerlo. Ya me contaréis si os animáis.
Buen provecho/ Bon apetit/ On egin!!