O con alcachofas, como queráis, aunque en Cádiz, Huelva y Sevilla es asi como se las conoce desde siempre.
Originaria del norte de África, es pariente del cardo borriquero común, del que procede tras haber ido evolucionando, después de muchos, muchos años de cultivo.
La planta denominada Cynara ya era conocida por griegos y romanos. Al parecer se le otorgaban poderes afrodisíacos y toma su nombre de una muchacha seducida por Zeus, y después transformada por éste en alcachofera,¡¡¡hay que tener mala leche!!!
La alcachofa o alcaucil, es en realidad la flor de la planta (alcachofera) y se suele consumir justo antes de que se abran del todo. Aunque se trata de una flor, encontramos en ella una gran variedad de vitaminas y sales minerales, muy poca grasa, muchísima fibra, lo que la hace muy recomendable, para casi todos los públicos.
La variadad "Blanca de Tudela", es el producto nacional más meritorio, verde y alargada, muy tierna y carente de esos pelillos cerca del corazón, lo que las hace muy fáciles de limpiar y consumir.
A la hora de comprarlas debemos tener en cuenta que mientras más pequeñas sean, más tiernas y muchísimos más sabrosas estarán.Deben pesar en la mano, y estar tersas y firmes sin hojas marchitas.
La podemos consumir frita, cocida, en guisos, en cremas, o en chips, son realmente versátiles y deliciosas.
Ingredientes:(4 personas)
6 alcauciles
1 cebolla grande
4 dientes de ajo
Perejil
Sal
4-5 patatas
2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
1 hoja de laurel
Agua o caldo
1 pizca de azafrán
4 huevos (opcional)
Elaboración:
Primero que nada quitar las hojas exteriores a los alcauciles y sólo dejar una parte pequeña del tronco y el corazón, que es lo más tierno. Una vez cortados los alcauciles ponerlos en agua con limón para que no se ennegrezcan.
Cortar los ajos y la cebolla bien picados y pocharlos en el aceite a fuego medio para que no se tuesten. Una vez que esté tierna la cebolla se incorporan los alcauciles escurridos, partidos a cuartos y las patatas peladas y partidas también a trozos grandes.
Se añade la hoja de laurel, el perejil picado y la sal, incorporando agua hasta cubrir los alcauciles y las patatas. Se deja a fuego medio como una media hora, hasta que se pongan tiernas las patatas.
La forma más tradicional de tomar este plato es de la siguiente manera: ( en mi caso como veís no he sido tan ortodoxo): cuando ya el guiso esté hecho se ponen los huevos cascados en la cacerola y se dejan hasta que la clara se ponga blanca. La yema debe quedar cremosa para que se pueda mezclar con las papas y los alcauciles. Entonces se sirven bien calientes.
Consejo: Podeís reducir el tiempo de cocción, si elaboraís la receta en olla expréss, pero el guiso os quedará más caldoso.