Epítome y paradigma de las recetas socialrederas, (fácil, rápida, con pocos ingredientes, rica, rica, rica...¡y casera!) estas patatas le harán quedar con la familia como el rey/reina de la tapa y aliviarán la interminable longitud de los días en estos tiempos de infortunio. Las cantidades se dejan al arbitrio del chef (con o sin máster) que las decidirá en función de la gula de sus hipotéticos comensales. Para el pimentón se aconseja una proporción de tres partes de dulce por una de picante respetando, claro está, la libertad de cada uno para elegir según el amor (o el desamor) por el picante.
Ingredientes:
* Patatas
* Aceite de oliva virgen extra
* Sal
* Pimienta
* Pimentón, mezcla de dulce y picante, al gusto personal
* Perejil
Preparación:
Lavamos bien las patatas si vamos a hacerlas con su piel, Si no, las pelamos.
Las cortamos en trozos irregulres, al gusto.
Las ponemos en una fuente que pueda ir al horno y las salpimentamos, las rociamos generosamente con aceite de oliva y añadimos el pimenton, espolvoreándolo por encima.
Revolvemos para mezclar los ingredientes y que las papatas queden bien rebozadas.
Llevamos la fuente al horno (que tendremos precalentado a 200º C) y dejamos hacer durante 30 o 40 minutos, según el horno y el tamaño de los trozos de patata.
Cuando ya estén, las pasamos a una fuente, y las espolvoreamos con perejil picado.
Acompañe con una cerveza o un vino blanco (ambos bien fríos) y disfrutelas.