Estos dos últimos meses del año son los más intensos en cuanto a comidas especiales. Yo no se a vosotros, pero a mi cada año se me aprieta más la agenda en cuanto a citas con amigos y familia. A veces se nos acaban las ideas, pero la verdad es que no debemos de complicarnos mucho, como hago yo, y si no ya veréis qué sencilla es esta receta de elaborar. Las nueces toman parte protagonista de la receta, dotando a la misma de ese aporte de frutos secos tan necesarios en nuestra dieta.
INGREDIENTES:
Para el relleno
Una pechuga de pavo deshuesada
Un paquete de bacon ahumado
150 gr. de queso azul
60 gr. de Nueces de California
Sal
Pimienta
Un buen AOVE
Para la salsa:
300 gr. de champiñones
200 ml. de nata (crema de leche) para cocinar
50 gr. de vino blanco
Sal
Pimienta
30 gr. de Nueces de California
PREPARACIÓN:
Lo primero que haremos será abrir la pechuga en forma de libro dejándola fina por todos lados, para ello abrís por la mitad sin llegar a cortarla del todo y seguís abriendo cada mitad sin llegar nunca a cortar del todo, luego podemos pasarle un rodillo para que quede más uniforme (podéis pedirle al carnicero que lo haga por vosotros si os resulta más complicado). Salpimentamos. Encima ponemos las lonchas de bacon necesarias para cubrir todo el interior de la pechuga (las otras las dejamos para añadirlas a la salsa). Añadimos el queso cortado en dados y las nueces (las nueces las salteamos previamente durante unos minutos para no ponerlas crudas). Una vez añadido todo el relleno vamos cerrando la pechuga como si de un brazo gitano se tratase, apretando bastante para que no se salga nada. Después amarramos con hilo de cocina de modo que quede bien enrollada la carne y el relleno no se salga por ningún lado.
Introducimos en el horno a 200 º con un buen chorreón de AOVE por encima durante una hora o un poco más (dependerá del tamaño del rollo de pavo) hasta que veamos que está dorado. Una vez terminado usaremos el líquido que ha soltado de la cocción y ponemos en una sartén, con él salteamos los champiñones cortados en tres o cuatro trozos. Añadimos también unas nueces y el bacon troceado que nos había sobrado de rellenar el pavo. Rehogamos todos unos minutos, añadimos la nata (crema de leche), y cuando se caliente le añadimos el vino blanco. Salpimentamos y dejamos reducir hasta que la salsa espese. Servimos el pavo relleno cortado en rodajas junto con la salsa.
Con esta propuesta os dejo para todo el fin de semana y si queréis ver más propuestas para futuros menús navideños os dejo este enlace con un montón de propuestas publicadas en el blog.