En esta ocasión, la salsa teriyaki es totalmente casera (nada de comprar en el supermercado ni te ocho cuartos) jaja. Aquí simplemente le aportamos su particular sabor gracias a la unión de tres ingredientes con los que formamos una mezcla muy fácil. Este rico platito se complementa muy bien con un arroz basmati aromático, arroz blanco graneado.. o una ensalada. Yo la acompañaría con una ensalada rusa. Es una receta sencilla, pero llena de sabor, capaz de transformar unas simples pechugas de pollo.. ¡En un plato exótico! Y yo me los zampo con PALILLOS CHINOS!
LOS INGREDIENTES.—
4 pechugas de pollo, 2 cdas. de aceite de girasol o de oliva extra-virgen, 2 cdas. de agua, 30 grs. de jengibre fresco, 2 cucharadas de miel ligera, 2 cdas. de vinagre de arroz o de manzana, 2 cdas. de salsa de soja, 150 grs. de piña fresca.
MODUS OPERANDI.—
Comenzaremos calentando el aceite y añadimos las pechugas de pollo y las cocinamos por ambos lados durante cuatro minutos, aumentamos la potencia del fuego y añadimos el agua, dejamos que el pollo se cocine durante otros seis minutos.
Mientras se cocina la carne, picamos el jengibre fresco en trozos y lo metemos en el vaso de una batidora o licuadora, lo trituramos con las cuchillas, y añadimos encima, la piña en trozos, la salsa de soja, el vinagre de manzana y la miel, volvemos a triturar hasta que se forme una salsa espesa.
Reducimos el fuego y vertemos la salsa encima de la carne y llevamos a ebullición. Vamos girando la carne en la salsa para que se impregne por todos los lados, y cocemos hasta que la salsa comience a tomar aspecto de glaseado. Servimos bien caliente.
MUCHOS SALUDOS.. Y LINDO DOMINGO! Volveremos muy pronto, prontito!