Necesitaremos pechugas de pollo, jamón y queso, harina, huevo y pan rallado para empanar las pechugas. Yo compré las pechugas enteras y las abrí en filetes, pero es más fácil comprarlas ya abiertas.
Una vez tengamos las pechugas abiertas, cogeremos dos lonchas de jamón cocido y pondremos entre medias una loncha de queso, y las pondremos en medio del filete.
Ahora enrollamos el filete y lo cerramos alrededor del jamón y el queso, metiendo bien los bordes. Los vamos a pasar por harina pegando los bordes para que no se salga el relleno, después por huevo y finalmente por pan rallado, aprovechando para darles una forma bonita y cerrando bien, otra vez, los bordes, para que al freírlos no se salga el queso, y nos salte el aceite.
Los freímos en aceite a fuego medio, para que se haga bien el centro del filete y no se queme por fuera. Cuando los saquemos los ponemos en papel absorbente para retirar el exceso de grasa y a disfrutar de unos deliciosos filetes de pollo que parecen un sandwich mixto.
Ya veis que pinta tan estupenda tienen, deliciosos y jugosos, a los niños seguro que les encantan. Una forma diferente de llamar su atención a la hora de sentarlos a la mesa.