Me prometieron que me traerían un par de perdices para escabechar, pero yo no tenía espera. Tenía que hacer esta receta sí o sí y aún no se había abierto la temporada de caza de la perdiz. Total que me fui al mercado pensando cómo se lo tomaría mi hermano y mis dos sobrinos, cazadores natos, que cuando se les da bien la temporada te llenan el arcón frigorífico de codornices, perdices, liebres y algún que otro jabalí. Con esto quiero decir que son buenos cazadores, aunque después en el bar exageren un pelín sus hazañas cinegéticas. Lo hacen todos los cazadores y ellos no iban a ser una excepción. Total, que con las dos perdices en casa me dispuse a escabecharlas ? ya sabéis, ese sistema de conservación de algunos alimentos basado en hervirlos en vinagre, aceite, junto con ajos, laurel, pimienta en grano- y se me ocurrió acompañarlas con una salsa de frutos rojos que conservé en botes como si fuese mermelada. El resultado fue extraordinario, tanto que incluso me fui al bar de los cazadores para chulearme yo también.
RECETA
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INGREDIENTES (para 4 personas)
2 perdices (limpias pesaban 450 g cada una)
Una cebolla.
Pimienta en grano.
Una ramita de romero.
2 hojas de laurel.
Una cabeza de ajos entera.
3 tazas de las de café de aceite.
2 tazas de las de café de vinagre
2 tazas de las de café de agua.
Sal.
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PREPARACIÓN
Lavar y limpiar bien las perdices y salar por dentro y por fuera.
Sellar en una sartén con un poco de aceite.
Una vez marcadas, poner en una cazuela con el resto de ingredientes y hervir hasta que las perdices estén tiernas. Si son salvajes unas dos horas, si son de granja una hora y media.
Una vez frías presentar cortadas. Regar con un poco de aceite de la cocción y acompañar con una salsa de frutos rojos.