Mi catador acepta a regañadientes que le robe un trocito, pero uno y no más. Y yo en cambio soy muy de compartir las pizzas, sobre todo porque me cuesta comerme una entera yo sola. Así que cuando alguna vez he salido a cenar con amigas solemos pedir una al centro más entrantes, y así al menos no quedamos tan empachadas.
Pero esto con él es misión imposible.
Así que he encontrado la solución!! :)
Para esos días en que toca pizza en casa, y él quiere la suya...yo también tendré la mía!!! JAJAJA!!!
Ingredientes:
Para la masa de pizza:
2 vasos de harina integral
1 vaso de agua (o un vaso de cerveza)
1 sobre de levadura
1/4 vaso de aceite de girasol
1 puñadito de sal
Para el relleno:
Pisto
Queso rallado
Orégano
Albahaca
Elaboración:
Precalentamos el horno a 210º parte de arriba y abajo.
En un bol tamizamos la harina y añadimos el resto de ingredientes. Mezclamos bien hasta obtener nuestra masa y dejamos reposar en la nevera (si la dejáis un día mejor, ya que subirá más).
A continuación, preparamos el pisto. Podéis encontrar la receta aquí: Pisto
Cubrimos con papel vegetal la bandeja del horno y extendemos la masa formando las bases de nuestras pizzetas. Con ayuda de una cuchara, vamos colocando el pisto. Espolvoreamos con orégano y albahaca, y cubrimos con queso rallado.
Horneamos unos 15-20 minutos hasta que veamos que están doraditas y el queso gratinado. Apagamos y reservamos.
Y hoy no se comparte con nadie! :)