INGREDIENTES
- 4 pechugas de pollo deshuesadas
- Sal y pimienta
- Mantequilla sin sal
- 1 cucharada de aceite de oliva
Para la salsa de estragón:
- 2 cucharadas de vinagre al estragón ( yo lo compré en Gadis de la marca LOUIT, especial para verduras, pescados y carnes)
- 6 cucharadas de vino blanco
- 250 ml de caldo de pollo (yo lo preparo con pastillas de caldo en agua hirviendo)
- 4 ramitas de estragón fresco y dos cucharas de hojas picadas
- 250 ml de nata (crema de leche) para cocinar.
ELABORACIÓN
Primero preparamos el pollo, para ello lo sazonamos con sal y pimienta por ambas caras. Ponlo sobre papel vegetal para horno, después de salpimentar, pliega el papel sobre las pechugas y con ayuda de un rodillo aplástalas ligeramente.
En una sartén grande derrite la mantequilla con el aceite a fuego alto y fríe las pechugas por ambas caras hasta que estén bien doradas. Pásalas a una fuente para horno y ásalas en el horno precalentado unos 15 o 20 minutos, hasta que estén tiernas y al pincharlas, por la parte más gruesa, salga un jugo claro.
Diez minutos antes de sacarlas del horno empezaremos a preparar la salsa. En la sartén que usamos para dorarlas, desechamos la grasa y echamos el vinagre, raspa con ayuda de una cuchara de madera para disolver los jugos. Vierte el vino y llévalo a ebullición, remueve constantemente. Debe reducirse a la mitad. Agrega el caldo caliente y las ramitas de estragón, remueve hasta que también se reduzca a la mitad. Por último añade la nata (crema de leche) y remueve hasta que la salsa espese y se haya reducido. Salpimenta la salsa al gusto. Desecha las ramitas de estragón y esparce el que has picado.
Corta las pechugas en tiras gruesas y colócalas sobre una fuente de servir, vierte la salsa por encima y listo, a disfrutar.
En 25 minutos tendréis este plato listo y su resultado merece mucho la pena.