Hola todos,
Lo primero, no hace falta que sea vigilia para comer unos garbanzos con espinacas… es broma… Las recetas de cuchara están bien en cualquier época del año, hasta en verano, si pensamos en unas sopitas o unas ensaladas con legumbres.
Este tipo de recetas me recuerdan inevitablemente al calor de hogar, recetas tradicionales, de siempre, que seguro que preparaban nuestras madres o abuelas desde que tenemos memoria. Esta receta en concreto era muy típica en Semana Santa en muchos lugares de España, incluso añadiéndole al guiso lomitos de bacalao. La de hoy es simplemente vegetariana, pero no por eso menos apetitosa.
El garbanzo siempre ha sido sinónimo de pobreza, alimento de las clases populares, con pocos recursos, pero lo cierto es que es un producto formidable en lo relativo a su aporte de nutrientes. Es rico en proteínas, almidón, ácido oleico, fibra y calorías. De lo que sí carece es de aminoácidos, por eso es recomendable acompañarlos con arroz o pan, o también con carnes o pescados. Por esto tenemos que agradecer a la sabiduría popular los platos como el cocido gallego o madrileño, los potajes con chorizo… que ya incluían en la misma receta todos los nutrientes necesarios para una dieta equilibrada.
RACIONES: 6
DIFICULTAD: Baja
TIEMPO: 1 hora + remojo
GARBANZOS CON ESPINACAS:
500 gr. GARBANZOS SECOS
300 gr. ESPINACAS
2 CEBOLLAS GRANDES
1 PUERRO
2 DIENTES DE AJO
1 HOJA DE LAUREL
4 CLAVOS DE OLOR
5 TOMATES MADUROS
SAL
AGUA
ACEITE DE OLIVA
1.- El primer paso es dejar los garbanzos en remojo desde la noche anterior, unas 10 horas. Tened en cuenta que así llegan a duplicar su tamaño con lo que debemos de tener la previsión de utilizar un recipiente suficientemente grande. El remojo es necesario para facilitar su cocción y que queden más blanditos.
2.- Ponemos una olla al fuego con agua, cuando empiece a hervir añadimos los garbanzos, una de las cebollas pelada y entera con los clavos pinchados en ella, la hoja de laurel y el puerro limpio y partido en 2 trozos. Cocemos los garbanzos durante 30 minutos.
Como este no es un caldo, sino un potaje, tampoco debemos pasarnos con el agua, con que cubra los garbanzos un poquito es suficiente. Si vemos que nos hemos quedado cortos de agua tenemos que tener la precaución de hervirla antes de añadir más a la olla. Si la echásemos fría cortaría la cocción y haría que los garbanzos se endurecieran.
Al cabo de los 30 minutos retiramos la cebolla, el laurel y el puerro. Reservamos manteniendo el fuego al mínimo para evitar que se enfríen.
3.- Mientras se cuecen los garbanzos preparamos el sofrito. Pelamos la cebolla y los ajos y los cortamos en trocitos pequeños, lavamos las espinacas y las troceamos.
En una sartén grande añadimos un buen chorro de aceite de oliva y agregamos la cebolla y los ajos. Los cocinamos a fuego medio hasta que se pochen.
4.- Mientras se cocina la cebolla y se cuecen los garbanzos escaldamos los tomates sumergiéndolos en agua hirviendo durante 20 segundos, los retiramos y les quitamos la piel. Troceamos el tomate o lo pasamos por la batidora para que la salsa quede más fina. Reservamos.
5.- Cuando vemos que la cebolla ya está bien pochadita añadimos las espinacas a la sartén. Si no nos caben todas juntas iremos añadiéndolas en varias veces. Ya sabéis que las espinacas se quedan en nada y lo que en principio parece una montaña luego casi desaparece.
Removemos con una cuchara de madera hasta que vemos que las espinacas están totalmente integradas en el refrito.
6.- Añadimos el tomate a la sartén de espinacas y dejamos cocer durante 20 minutos.
7.- En cuanto el tomate esté listo lo añadimos a la olla de los garbanzos y dejamos cocer 30 minutos más.
El tiempo de esta última cocción depende un poco del tipo de garbanzo y del agua. Dependiendo de si es un agua dura o blanda la cocción será más o menos larga, y según el tipo de garbanzo tardan más o menos en cocer. Por eso debemos estar pendientes de la olla, probando de vez en cuando, para dar por finalizada la cocción cuando probemos los garbanzos y estos estén tiernos.
Espero que os haya gustado la receta, ya me contaréis.
Bicos.
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