Ahora que nos acercamos a la Cuaresma es el momento de hacer este guiso, aunque la verdad, no es necesario estar en Cuaresma para poder disfrutar de un plato de cuchara rico y sano por las legumbres y las verduras.
Esta es una receta familiar, herencia de mi madre, con el mismo sabor de las cosas de antes. Yo solo le he cambiado los garbanzos, que los pongo ya cocidos, de frasco, y tardo bastante menos en hacer la receta. El potaje está igual de bueno, os lo aseguro.
Ingredientes:
1 frasco de garbanzos cocidos (unos 400 gr.)
1 cebolla
2 ajos
1/2 pimiento verde
200 gr. de espinacas congeladas
2 pastillas de caldo de pollo
1 cucharadita de pimentón
3 cucharadas de tomate frito
1 hoja de laurel
Majado:
2 ajos
2 rebanada de pan
5 almendras
perejil
Elaboración:
En una cacerola, con un poco de aceite, hacemos un sofrito con los ajos, la cebolla y el pimiento, muy picados. Dejamos pochar, y cuando esté blando, agregamos el pimentón y le damos unas vueltas. Añadimos el tomate frito y agua, unos 750 ml. Ponemos a hervir.
Echamos los garbanzos a la cacerola, las pastillas de caldo, el laurel y las espinacas. Rectificamos de agua, probablemente agregando 1 vaso más.
En una sartén con un poco de aceite freímos un par de rebanadas de pan y las almendras. Lo majamos en un mortero con un par de ajos y un poco de perejil. echamos este majado a la cacerola, para engordar el caldo.
Dejamos cocer todo durante unos 15 minutos y servimos con unos huevos duros picados por encima.