Un garbanzo no hace puchero, pero ayuda al compañero.
Refrán popular
Se consume en toda Andalucía
Este puchero que podríamos denominar como el Cocido Andaluz por excedencia, y está basado en la Adafina Sefardí.
Un guiso de garbanzos, verduras y carnes propio del Sabbat y que, según muchos expertos, es el origen de todos los grandes potajes de nuestra cocina; como el cocido gallego, el puchero andaluz, el cocido madrileño, valenciano o el pote asturiano.
Siendo lógico el deducir que tras su expulsión en 1492, se mantuvo la misma forma de cocinado, es decir el pote o marmita, agregándole los nuevos ingredientes según nuestra diversa geografía y cultura.
La Adafina es un cocido de garbanzos elaborado con carne de cordero. Es un plato muy popular entre los judíos sefarditas debido a que por tradición se elabora en una olla de barro durante la noche del viernes y se come durante el Sabbat (sábado en el judaísmo). Figura en algunas referencias antiguas también denominado como Adefina, la palabra tiene como origen la palabra árabe dafīnah (الدفينة) que significa; Tesoro, enterrado o escondido.
Los ingredientes de la Adafina deben respetar normas judaicas y por esta razón se incluyen los garbanzos acompañados de otros ingredientes como las alubias, arroz y la carne de cordero.
Según la receta puede contener cebollas, nabos y otras verduras que se suele condimentar con diversas especias: generalmente canela y clavo de olor.
El recipiente empleado para la realización del potaje era de una olla de barro que antiguamente se dejaba junto al fogón mientras se cocinaba lentamente toda la noche del viernes y parte del día siguiente.
Era un cocido muy popular a comienzos del siglo XV en la cocina sefardí, y de esta forma se pueden encontrar numerosas referencias literarias españolas de la época como en la Crónica de los Reyes Católicos que Andrés Bernáldez menciona que: Nunca perdieron en el comer la costumbre judaica de manjares y olleta adefina en el que aparece una clara relación entre este plato y la cultura culinaria sefardí, en el Cancionero General en el que motejando de judío a Juan Poeta se dice:
El ara que es consagrada
y de piedra dura y fina
de vuestra mano tocada,
en un punto fue tornada
Ataifor con Adafina.
INGREDIENTES
Las Carnes:
Gallina
Trozo de Cerdo
Trozo de Ternera
(jarrete o Aguja)
Tocino añejo
Papada
Las Verduras:
Apio
Patatas
Puerros
Nabos
Zanahorias
Los Huesos:
Espinazo Salado
Costilla Salada
Corteza
Hueso blanco
Otros:
Garbanzos lechales
Arroz o fideos
Sal
Hierbabuena
ELABORACIÓN
Lavamos y pelamos las patatas, puerros, zanahorias, nabos, las ramas de apio, y demás verduras quitando las fibras duras.
Al puerro le quitamos la parte más verde y dura, lavamos bien pues suele traer tierra y lo troceamos.
Los garbanzos habrán de estar en remojo al menos doce horas, la tradición es dejarlos en remojo la noche anterior, con un poco de sal y cubiertos de agua tibia.
Ponemos al fuego una olla junto a los garbanzos, suficientemente grande y con abundante agua.
Incorporamos todos los ingredientes para no romper el hervor de los garbanzos, pues podrían encallarse.
Agregamos las carnes, verduras, garbanzos y los huesos, estos previamente lavados y quitados la sal.
Volvemos a llenar de agua y cocemos todo junto a fuego medio, retirando la espuma que se forma en la parte superior con una espumadera.
La duración de un puchero normal, es decir de una familia de cuatro a seis personas oscila en un tiempo de dos horas y media a fuego moderado, añadiéndole agua caliente conforme se vaya evaporando, esto en olla convencional.
Si es en olla exprés, la duración sería de una hora aproximadamente. Recordad de nunca abrir la tapa hasta haber expulsado el vapor, es decir cuando quitada la válvula no emita vapor.
Comprobamos que los garbanzos están tiernos.
Colamos el caldo.
Separamos la carne, garbanzos, huesos y verduras.
Reservamos el caldo.
Al caldo le añadimos los garbanzos y cocemos en él arroz o pasta como fideos o estrellitas, a gusto del consumidor, junto con la ramita de hierbabuena.
Una vez que la carne se ha enfriado un poco la carne, la desmenuzamos y reservamos.
La llamada pringá se compone de toda la carne junto al tocino del puchero y se sirve como segundo plato.
Si los trozos de carde son demasiado grandes, se desmenuzan o trocean como más os guste.
La tradición es comerla con pan.
Montadito de pringá
Con carne nueva, vino viejo y pan candeal,
no se vive mal.
OBSERVACIONES
En muchas zonas de Málaga lo sirven todo junto, a la sopa se le añade los garbanzos, la carne ya desmenuzada y unos taquitos de un buen jamón.
En la misma Málaga me han servido el plato de puchero acompañado de una copita de manzanilla, para regarlo y perfumarlo.
Advertir que los garbanzos deben de ser de confianza, lechales y que nos garanticen la calidad.
Podemos aprovechar el puchero para elaborar un buen montón de recetas, como las croquetas o la ropa vieja.
Depende de la zona de Andalucía nos encontraremos con leves variantes, como un chorreón de limón, dados de pan frito (picatostes), huevo cocido, jamón serrano picado, toque de pimentón o azafrán...