Yo le he puesto calabacín y berenjena, que son 2 verduras que nunca faltan en mi nevera, pero podeis cambiarlas por otras que os gusten más. Podeis poner puerro, pimiento, calabaza, ajos tiernos, en fin, es lo bueno que tiene hacer una quiche, que la puedes hacer de infinidad de cosas.
También le he puesto leche evaporada en lugar de nata (crema de leche), para hacerla más ligera, pero podeis poner nata (crema de leche) si os gusta más.
Bueno, os dejo los ingredientes de lo que he puesto yo y ya me contais si os ha gustado o no, espero que sí.
Ingredientes:
1 plancha de masa quebrada
1 calabacín
1 berenjena
Cebolla
2 latas de atún escurridas de su aceite
Aceite / Sal / Pimienta
3 huevos
200 ml de leche evaporada (podeis sustituirla por nata (crema de leche) líquida)
Queso en polvo
Así lo hago yo:
Precalentamos el horno a 180ºC, mientras preparamos el relleno.
Lo primero será poner la cebolla picada (la cantidad al gusto de cada uno) a pochar en una sartén con un pelín de aceite. A continuación añadimos el calabacín y la berenjena, todo troceado, yo no le quito la piel. Salpimentamos al gusto. Cuando lo tengamos listo añadimos el atún bien escurrido del aceite. Reservamos.
Batimos los huevos con la leche evaporada, y añadimos la mezcla que teníamos reservada bien escurrida del aceite que pudiera quedar en la sartén.
Forramos el molde con la masa quebrada, pinchamos ligeramente con un tenedor y volcamos dentro el relleno. Yo no he quitado los bordes que sobraban, simplemente los he doblado hacia dentro por encima del relleno, como una tapita. Así aprovechamos todo.
Introducimos en el horno, y a media cocción le añadimos el queso, yo lo he puesto en polvo porque era el que tenía, pero podeis ponerlo rallado.
La tuve en el horno unos 25-30 minutos, pero ir controlando los tiempos. Dejamos reposar unos minutos y lista.