En casa somos muy fans de las albóndigas en todas sus variedades: albóndigas en salsa de tomate, con sepia, a la jardinera, en salsa de almendras… y las preparamos tanto de pollo, como de cerdo o mixtas cerdo/ternera o de pescado.
Cuando preparo albóndigas lo hago a lo grande, en este caso he preparado 8 raciones, así congelo la mitad y en un par de semanas las comemos, están como recién hechas y sin nada de faena. Te recomiendo que hagas lo mismo, la diferencia de esfuerzo es mínima y el gustazo de comer unas albóndigas sin tener que cocinarlas primero es tremendo.
Hoy las he preparado con carne picada únicamente de pollo, pero si tienes, puedes añadirle jamón dulce y queso en la mezcla y quedarán tremendas, además de darle un sabor aún más bueno a la salsa.
Ingredientes para 8 raciones:
Para las albóndigas:
15 Kgs de carne picada de pollo (pídele a la carnicera que te la pase 2 veces)
2 huevos
4 dientes de ajo machacados
1 cucharada de perejil troceado muy pequeño
2 rebanadas de pan viejo
100 ml de leche
Harina para enharinar las albóndigas
Para la salsa:
4 cebollas grandes
5 zanahorias grandes
1 hoja de laurel
1 lata de 400g de tomate troceado
200 ml de vino blanco
Agua
AOVE
Preparación:
Primero empezamos poniendo en remojo el pan en la leche, y una vez haya absorbido la leche ya podemos mezclar todos los ingredientes de las albóndigas en un bol y removiéndolos bien para asegurarnos que se integran todos los ingredientes. Lo dejamos reposar un rato y mientras vamos a preparar la salsa.
Primero de todo vamos a trocear tanto las cebollas como las zanahorias lo más pequeñas posible, eso ayudará a reducir considerablemente el tiempo de cocción.
En una cazuela bien grande, esta mía es de 34 cm, ponemos la cebolla, la zanahoria y la hoja de laurel junto con un buen chorro de aceite… unas 3-4 cucharadas soperas, dicho así parece mucho pero ten en cuenta que estamos haciendo 8 raciones.
Ponemos la cazuela a fuego bajo con la tapa puesta, ahora queremos que la cebolla se empiece a pochar y que la zanahoria se ablande. En unos 10 minutos podremos añadir el tomate y salpimentamos generosamente.
El secreto de esta receta es cocinar mucho la salsa, de manera que cuando vayamos a meter las albóndigas ya esté lista, ya que al ser albóndigas de pollo su cocción es muy rápida.
Tenemos que ir removiendo la salsa cada poco rato, manteniéndola tapada a fuego lento. En total recomiendo tenerla sobre 1 hora cociendo, pero si solo las dejas media hora tendrás que hacerlo con el fuego un poco más fuerte y estar mucho más pendiente de que no se te queme.
Cuando veas que la salsa empieza a estar muy espesa, normalmente sobre la media hora prueba el sabor a ver si el tomate da un poco de toque acido (entonces añádele una pizca de azúcar) o no, a si le falta un poco más de sal, y añade el vaso de vino blanco, remueve y sigue cocinando tapado.
Mientras se cuece la salsa es el momento de darle forma a las albóndigas. Tendrás que ir haciendo pequeñas bolitas con la carne que hemos preparado hace un rato y enharinarlas muy ligeramente.
A mí me han salido 72 albóndigas. Mi truco para que me salgan raciones pares es empezar dividiendo la masa en 4 partes iguales, y de ahí intentar hacer el mismo número de albóndigas con cada parte intentando que todas tengan un tamaño similar.
Nota: Yo no las frio previamente, las cuezo directamente en la salsa y así me evito un buen puñado de calorías, además que la carne absorbe mejor el sabor de la salsa, lo único malo es que hay que ir con mucho cuidado para evitar que se deshagan al ponerlas o al remover.
Cuando vemos la salsa completamente cocinada, es el momento de triturarla bien. Según la cazuela que uses puedes triturarla directamente en la cazuela o pasarla a algún vaso del túrmix. OJO! no tritures el laurel!! Sácalo y luego lo vuelves a meter en la cazuela.
Una vez triturada la salsa, la volvemos a la cazuela, añadimos las albóndigas con cuidadito ya que son muchas y añadiremos agua justo para cubrirlas, y mezclamos suavemente la salsa.
Es el momento de subir el fuego a medio-alto (7 de 9 en mi vitro) y con la cazuela tapada, una vez empiece a hacer chupchup en unos 20 minutos tendremos las albóndigas cocinadas. Para remover lo puedes hacer con mucho cuidado o cogiendo la cazuela por las asas moverla para que se cocinen todas por igual y no se nos queme la salsa.
Una vez listas nosotros las comemos acompañadas de patatas (ya sean fritas, asadas o cocidas), con arroz hervido… ¡o incluso con pasta! Y las que sobran las meto en un táper grande al congelador.
Espero que te haya gustado, si decides prepararlas sobretodo etiquétame para que pueda ver cómo te ha quedado!
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Un abrazo,
Mónica