Esta receta de «Cookies de Avena y Arándanos» podría englobarse en la categoría de recetas que suenan a comida ligera de la que podrías engullir a dos carrillos como si no hubiera un mañana, como un Carrefour en sábado. Pero al igual que las galletas de cereales del tipo «digestive», o cualquiera cuyo nombre evoque de alguna manera que vas a pasar durante las siguientes dos horas encerrado en el cuarto de baño, son de todo menos ligeras, pero aún así resultan una alternativa infinitamente más sana que cualquiera de sus homólogas industriales, cargadas a granel con grasas poco saludables y azúcares refinados.
Súper crujientes, suaves y sabrosas, sólo existe un placer mayor al del toque ácido cuando encuentras uno de los arándanos en la galleta, y es descubrir un billete de 10eur arrugado en uno de los bolsillos del pantalón antes de introducirlo en la lavadora. Sin duda se han convertido en una de nuestras galletas favoritas seguidas muy de cerca por las cookies con chips de chocolate.
Vamos a elevar vuestro nivel de cerdismo un poco más, dando una nueva vuelta a la tuerca de vuestro metabolismo, con una buena dosis de fibra en forma de avena y energía con el aspecto de azúcar moreno.
INGREDIENTES
Para unas 24 galletas, sólo vamos a necesitar:
110 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
100 gr. de azúcar moreno
110 gr. de azúcar blanco
1 huevo
90 gr. de copos de avena
120 gr. de harina
35 gr. de pasas
Media taza de arándanos secos
Media cucharadita de bicarbonato sódico
Media cucharadita de esencia de vainilla concentrada
Media cucharadita de levadura en polvo (impulsor químico) tipo "Royal"
Una pizca de sal
PREPARACIÓN
Puede parecer engorroso, y más de uno os llevaréis las manos a la cabeza pensando dónde diablos vais a encontrar los arándanos o los copos de avena. Pues tan simple como acudir a cualquier Mercadona (si os halláis en España) o a cualquier tienda de frutos secos a granel. Ojo si optáis por esta última opción, porque si un paquete de copos de avena de 500gr. cuesta en el supermercado aproximadamente un euro en la zona de los cereales y desayunos, en la tienda debió parecerles un cereal lo suficientemente exótico como para tasarlo en casi tres euros y medio cada 100gr. Desde aquí apoyamos al pequeño comercio, si vamos al supermercado es sólo porque nos gusta Ben-Hur y enfrentarnos a octogenarias agresivas embistiendo con el carrito.
Por Dios, no confundáis los copos de avena con los cereales para el desayuno o con el salvado de avena. Si os fijáis bien son los mismos cereales que encontráis en el muesli. Antes de nada, utilizad el molinillo de café, la Thermomix o cualquier trituradora que tengáis, para convertir la avena en polvo.
Empezamos precalentando el horno a 175ºC y batiendo la mantequilla junto con el azúcar blanco y el azúcar moreno, el huevo y la vainilla hasta que la mezcla esté bien homogeneizada.
Aparte mezclamos muy bien la harina con los copos de avena molidos, el bicarbonato, la sal y la levadura. No queremos que toda la levadura o el bicarbonato termine en el mismo punto, porque si queremos purgarnos ya tenemos la parrilla televisiva o el césped del parque. Mezclad bien y no os hagáis eso a vosotros mismos o a vuestros comensales.
A esta última, añadimos la mezcla de mantequilla de una vez y movemos bien hasta conseguir una masa homogénea donde los grumos harinosos brillen por su ausencia, e incorporamos para finalizar tanto las pasas como los arándanos secos. Nosotros además añadimos unos cuantos copos sin triturar, para decorar.
En una bandeja con papel de horno para que no se peguen, vamos añadiendo cucharaditas de nuestra masa que se convertirán en unas pecaminosas galletas ricas, ricas y con fundamento. A diferencia de las «Cookies Americanas con Chips de Chocolate» que hicimos la última vez, en esta ocasión aplastamos un poco los pegotes de masa antes de hornear para conseguir unas galletas más finas, crujientes y vistosas. Estas se expandirán durante el horneado, así que procurad dejar espacio entre cada pegote de masa y evitaréis que las galletas se fagociten entre sí.
Ahora sólo queda hornear entre 12 y 14 minutos o hasta que veáis que los filos comienzan a dorarse para disfrutar de unas exquisitas galletas cargadas de fibra y energía ideales para el desayuno. ¿Engordan? ¿Acaso lo dudáis?, pero iréis al baño con una alegría en vuestras caras.