En comidas especiales muchas veces nos pasa que tenemos que cocinar para 10 o 15 personas y no se nos ocurre que preparar que nos pueda caber en el cazuela, ya que no siempre es fácil cocinar para mucha gente cuando no estás acostumbrado.
¿A quién no le gusta un jamón asado al horno?
Hoy traigo un jamón asado al horno que es muy sencillo de preparar. Es un jamón de cerdo fresco macerado y horneado a baja temperatura. Además te voy a dar una receta de una salsa para acompañar jamón asado. Antes compraba el jamón asado Carrefour pero este año he decidido asarlo yo misma, que sale mucho más barato.
Hace un par de meses en el súper tenían de oferta jamones de cerdo frescos a 2€/kg, y mi marido al verlos directamente me llamó y volvió con 2 jamones, o mejor dicho 1 y medio. En las fotos puedes ver como preparé el medio, el otro lo tengo en el congelador esperando que llegue una de las comilonas de estas fiestas.
Esta mitad pesaba algo más de 3 Kgs en crudo, pero tienes que contar que al ser fresco desprende mucho líquido. Me salieron 9 raciones generosas que acompañé con una salsa de pimientos del piquillo que hacemos muchas veces y nos encanta.
Si vemos que el jamón tiene una capa de grasa muy gruesa debajo de la piel, una opción sería retirar la piel con cuidado de no romperla, quitarle toda la grasa y luego ponerle la piel por encima a modo de mantita, o incluso si en vuestra casa no sois muy de cortezas o torreznos no volver a poner la piel.
Ingredientes para el jamón:
1 jamón de cerdo fresco
5 cucharadas de AOVE
1 cucharada de pimentón dulce (opcional)
1 cucharada de pimienta negra molida
1 cucharada de romero
1/2 cucharada de orégano
Sal
Ingredientes para la salsa:
1 bote de pimientos del piquillo
200 ml de nata (crema de leche) para cocinar
Sal y pimienta
Preparación:
Lo primero es tener el jamón descongelado, y con un cuchillo muy afilado realizarle cortes en la piel de manera que quede a rombos y pueda entrar mejor el marinado a la carne, y lo ponemos en una bandeja que pueda ir al horno pero que nos quepa en la nevera y lo salamos generosamente.
Para el marinado mezclamos todos los ingredientes en una taza y embadurnamos el jamón por todos los lados, haciendo especial hincapié en los cortes de la piel.
Ahora lo tapamos con film transparente y lo dejamos toda la noche en la nevera para que absorba bien los sabores.
Por la mañana, nada más levantarnos sacamos el jamón de la nevera y dejamos que empiece a atemperarse, de esta manera la carne no estará tan fría y se cocinará mejor por dentro.
Ponemos el jamón en la misma bandeja directamente al horno, a 170-180º, calor arriba y abajo pero SIN ventilador, ya que lo resecaría.
Cuando lleve una hora aproximadamente, es el momento de taparlo con papel de plata para evitar que se queme la piel y se cocine mejor el centro. Lo dejamos 2 horas y media más, a la misma temperatura, no hace falta moverlo, ni girarlo ni nada, únicamente no abrir la puerta del horno para evitar que pierda temperatura.
Cuando ya lleva en total 3 horas y media es el momento de sacarlo y mirarlo. Lo ideal es pincharlo con un cuchillo bien afilado y mirar si el jugo que sale es transparente o todavía sale rojo, eso indicaría que está muy crudo en el interior y que deberíamos dejarlo un rato más.
Ahora podríamos servirlo directamente o tostar un poco la piel para que quede crujiente, con 10 minutitos será suficiente, ya que el horno está bien caliente. Ya tienes la carne lista para cortar y servir.
El jugo que ha desprendido se podría utilizar para una salsa, pero habría que enfriarlo y desgrasarlo. En vez de eso yo he preferido hacer una salsa para acompañar.
La salsa de pimientos es sumamente fácil y rápida. Cogemos un bote de pimientos del piquillo de los que venden en cualquier supermercado y lo ponemos en una sartén pequeña con una gota de aceite. Estos pimientos vienen con su propio jugo, así que ponemos la sartén a fuego fuerte para que este jugo se evapore y el ajo que va en el propio bote desprenda todo su aroma.
Una vez vemos que se ha evaporado todo, añadimos la nata (crema de leche) de cocinar, salpimentamos y bajamos el fuego. Lo dejamos cocinarse unos 10 minutos, verás que ya está lista la salsa cuando al remover se despegue de las paredes de la sartén. Lo traspasamos al vaso del túrmix y trituramos bien para que no quede ningún tropezón.
Ya tenemos la salsa lista. Si la volvemos a poner un minutito en la sartén, al empezar a hervir de nuevo el color se intensificará, pero si no lo hacemos no pasa absolutamente nada.
Ahora ya tienes un plato delicioso con el que sorprender a tus invitados, y que aunque tarda muchas horas, no da prácticamente nada de faena, y puedes dedicarte a preparar los acompañamientos, o simplemente a disfrutar junto a tus hijos mientras estrenan los nuevos juguetes y esperáis que lleguen los invitados.
Espero que te guste, si lo preparas te agradecería que me etiquetases en la foto y así poder ver cómo te ha quedado!
Un abrazo,
Mónica