Nuestro laboratorio echa humo y como en esta casa no se tira nada, hemos aprovechado el cuerpo de nuestros amables simios colaboradores caídos en combate durante nuestra operación de mudanza, para elaborar un postre terroríficamente a la altura de esta fecha: Los Cupcakes de Cerebro de Halloween. Eso sí, amablemente servidos con una buttercream y un delicioso corazón de crema de avellanas Nocilla™ y una sanguinolenta salsa de chocolate, ambos de recetas anteriores.
INGREDIENTES
60gr. de harina
65gr. de azúcar
35ml. de aceite de girasol
15gr. de cacao puro desgrasado en polvo
40ml. de leche
Media cucharadita de levadura química (tipo Royal™)
Media cucharadita de esencia concentrada de vainilla
1 huevo
Buttercream de Crema de Avellanas Nocilla™
Salsa de sangre de chocolate
Colorantes rosado y amarillo en gel
PREPARACIÓN
Empezaremos asumiendo que habéis sido lo suficientemente previsores y glotones como para tener preparadas las recetas de la buttercream de Crema de Avellanas Nocilla™ y de la salsa de sangre de los posts anteriores. Si no, ¡tenéis suerte! son recetas extremadamente rápidas que tendréis terminadas en apenas 10 minutos.
BIZCOCHEANDO
Comenzaremos nuestra aventura terrorífico-halloweenesca mezclando el aceite con el azúcar, y añadiendo posteriormente el huevo y la esencia de vainilla. Removemos y mezclamos, porque comienza la fiesta de los sólidos. No olvidéis ir precalentando el horno a 180ºC.
Añadimos la mitad de la harina, la levadura y el cacao todo tamizado. Fijaos en los pedrolos que aparecen en nuestro tamiz. No queréis eso flotando en vuestro cupcake mientras explota en forma de polvareda amarga en vuestra boca ¿verdad? Añadimos la leche. Mezclamos hasta integrar todo, y añadimos el resto de la harina tamizada. Lo movemos sin descanso hasta obtener una pasta apetecible en la que os encantaría sumergiros rodeados de gatitos golosos de lenguas ásperas.
Momento del placer. Como siempre colocamos las cápsulas en un molde para magdalenas, para que mantengan la forma y no se desparramen entre el peso y el calor, y los llenamos hasta un poquito más de la mitad, dos terceras partes será suficiente.
Los llevamos al horno a 180ºC durante 20 minutos y una vez horneados, los dejamos enfriar sobre una rejilla. Da para medio episodio de The Walking Dead. Suficiente como inspiración para lo que viene ahora.
EXTIRPANDO EL CORAZÓN
Recordad que estamos en nuestro laboratorio con un cupcake en la mesa de operaciones listo para ser abierto en canal. Pero poco a poco. Empezaremos practicándole una abertura en el centro con un descorazonador de frutas, y... ¡manos quietas! nada de comérselo porque nos hará falta taparlo una vez lo hayamos llenado con una buena cuchara de crema de avellanas Nocilla. Así que insuflad nueva vida a nuestros cupcakes y volved a tapar los agujeros practicados.
EXTRAYENDO LOS SESOS: UN CUPCAKE DE MENTE MUY ABIERTA
¿Recordáis la Buttercream de Crema de Avellanas del post anterior? bien, porque nos hará falta. La tomaremos y añadiremos con la punta de un palillo de dientes, una pequeña cantidad de colorante rosado en gel -el colorante líquido podría estropear nuestra buttercream- y mezclaremos todo. Añadiremos un poquitín de amarillo e iremos combinando hasta obtener una crema de un visceral color rosado - carne - salchicha fresca que dé un poco de asco. En nuestro caso hemos empleado los colorantes Rosado y Amarillo de oro de la marca Wilton™. Vuestra marca favorita servida igualmente para nuestro cometido.
Para dar forma a nuestro cerebro, emplearemos una boquilla de redonda. Hemos optado por la nº10 de Wilton™, una herramienta socorrida que siempre anda por nuestro laboratorio. Comenzaremos creando una base en espiral de forma ascendente que servirá para sentar nuestros sesos. Damos forma a cada uno de los hemisferios de forma independiente. Primero con movimientos en zigzag, recorriendo el cupcake de arriba hacia abajo. Terminamos cubriendo los laterales de la misma manera. Para muestra un botón, y como ejemplo mejor echáis un vistazo a las fotos.
El primero seguramente os saldrá como una especie de masa informe que ni vuestro perro querrá comérsela... pero ¡Hey, estamos en Halloween, y hoy vale todo! A la nevera con ellos, para que la buttercream se endurezca un poquito antes de pasar a... ¡el baño de sangre!
UN BAÑO DE SANGRE
Con una cucharilla, tomamos un poco de la Sangre Comestible de la receta anterior, y lo vertemos sobre nuestros recién estrenados sesos. Recordad que ésta ha de encontrarse a temperatura ambiente si no queremos que funda la crema de amor con la que están hechos los sesos. Como caerán goterones gordos como lágrimas el último día de vacaciones, los distribuimos un poco con una brochita.
¡Y a asustar! ¡A provocar la arcada! No digáis que no os lo hemos puesto fácil, vosotros, oh queridos lectores que seguro disfrutáis de internet en casa, mientras nosotros esperamos aún al técnico del ADSL... quizás deberíamos ir afilando nuestros cuchillos...
¡Feliz Halloween!
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