Pero queremos redimirnos con una receta de categoría, porque en el fondo de las despensas siempre existe algo que, como el jamón serrano o las patatas fritas, gusta a todo el mundo. Un vicio inconfesable que podría comerse a cucharadas, a "cara-perro", escondidos en ropa interior dentro de un armario para que nadie te apunte con el dedo y grite ¡Gordo, gordo! mientras devoras con el dedo y con cara de culpabilidad, un tarro de NOCILLA™. Ya sabéis, esa crema de chocolate con avellanas que a más de uno ha acompañado desde la más tierna infancia. Una de las roscas de mis michelines tiene una dedicatoria con su nombre.
Hoy en nuestro laboratorio vamos a elaborar una Buttercream de Nocilla Blanca (crema de avellanas) que va a servir tanto de frosting como para rellenar vuestros sueños más húmedos usando sólo la parte de avellana, celebrando así que ahora la venden por separado y no hay que andar hurgando para separar la mezcla de cacao y avellanas. Os sorprenderíais de la cantidad de discusiones familiares que se han gestado ante semejante y furtiva hazaña.
INGREDIENTES
125gr. de mantequilla a temperatura ambiente
125gr. de azúcar glass
Crema de avellanas (Nocilla™ blanca)
PREPARACIÓN
No es la primera vez que preparamos una buttercream y tampoco hay que ser un físico nuclear para elaborarla. La única particularidad que hay que tener en cuenta es que la mantequilla se encuentre a temperatura ambiente para poder utilizarla, y que el azúcar sea lo más fino posible. A veces el azúcar molido en casa no lo es suficientemente y puede notarse al masticar.
Ya sabéis como funciona esto. Batimos y batimos añadiendo el azúcar glass en tandas, no por nada en especial sino para evitar que éste salga espolvoreado hacia vuestra cara. Si os gusta El Precio del Poder, dejadlo hacer, llenad vuestra cara y sentaos en el mejor sillón de casa con vuestro M16 de mentirijilla mientras relaméis los restos de azúcar de los labios.
Batimos hasta que nuestra buttercream blanquee y adquiera una consistencia cremosa. Similar al helado. Entonces será el momento de ¡oh!...
...Será el momento de hundir la cuchara en el tarro de Nocilla blanca, y de dejar caer un par de buenas cucharadas en nuestra crema de mantequilla, que pasará a ser de gloriosa a jodi$"%&damente espectacular. Batimos un poco más hasta que ésta quede bien mezclada con la buttercream. ¿No os parece suficiente sabor? Añadid más hasta que notéis como la vista se os nubla y os salte el primer botón del pantalón. Por eso nosotros siempre cocinamos en pijama.
Et Voilá! Ya tenéis entre las manos una deliciosa crema de mantequilla y Nocilla blanca (avellana) capaz de destruir a cualquier archienemigo diabético que tengáis. Ahora a la nevera con ella y ¡dejad de chupetear los utensilios de cocina, que os estamos viendo!