Ingredientes para 2 personas:
Para la salsa pesto:
Albahaca fresca (unas 30 hojas)
Un puñado de piñones
Queso parmesano rallado
Aceite de oliva
1 ajo
Para el risotto:
2 medidas de arroz
1 vaso de vino blanco
1 litro de caldo de pollo
1/2 cebolla
1/2 puerro
1 dado de mantequilla
sal
Elaboración de la salsa pesto:
Ponemos en una batidora las hojas de albahaca, los piñones, el ajo y unos 4 dedos de aceite. Trituramos bien. Luego echamos a puñados el queso y vamos triturando hasta que nos quede la textura adecuada. Debe ser ligera porque luego lo mezclaremos con el arroz así que lo ideal es que no quede muy espesa.
Una vez la tenemos la reservamos.
Elaboración del risotto:
Picamos la cebolla y el puerro muy pequeñito y lo ponemos a rehogar en una cacerola con un chorro de aceite. Añadimos un poco de sal para que se vaya pochando despacio hasta que nos quede doradito.
Llegados a este punto añadimos el arroz y le damos vueltas hasta que se mezcle con la verdura y pierda su color.
A partir de ahora el sistema es muy sencillo. El secreto está en ir añadiendo poco a poco el líquido y dejando que se evapore mientras lo vamos removiendo.
Empezamos con el vaso de vino blanco. Vamos moviéndolo y una vez evaporado empezamos con el caldo que iremos añadiendo de poco en poco, esperando cada vez hasta que se evapore.
Lo ideal es ir removiendo varias veces para que nos vaya cogiendo la textura del risotto.
Una vez hemos acabado el caldo y nuestro arroz está cocido, añadiremos el trocito de mantequilla y fundiremos para dar cremosidad.
Por último, cogeremos la salsa pesto que habíamos reservado y la añadiremos al arroz. Removemos bien para que se mezcle todo y ya podremos servir.
Podemos espolvorear por encima con más parmesano rallado y nos quedará simplemente delicioso.