Para ello, teníamos que preparar un primero, segundo o postre, con cualquiera de las variedades de Vinagre de Jerez como ingrediente estrella —Vinagre de Jerez, Vinagre de Jerez Reserva, Vinagre de Jerez Gran Reserva, Vinagre de Jerez al Pedro Ximénez o Vinagre de Jerez al Moscatel—, y nos hemos presentado con estos rollitos de pasta filo casera sin gluten, con relleno de gambas y queso crema, acompañados de una salsa agridulce, que hemos preparado con Vinagre de Jerez.
Hace tiempo que llevábamos detrás de la pasta filo, que, como sabéis, todavía no la comercializan sin gluten (a ver si alguien se lanza ya, que no es muy complicada :P), pero no damos con las cantidades adecuadas y nunca nos llegaban a salir bien las obleas… pero, ¡por fin lo hemos conseguido!
Hacerlos, porque están buenísimos. Además, podéis hacer infinidad de rellenos y de formas con la pasta (en forma de pañuelo, de rollitos, de saquitos…). Los ingredientes que necesitaréis son:
Para la masa o pasta filo (con estás cantidades salen unas 10-12 obleas):
500ml de agua muy fría
180g Mix B Schär (panificable)
Pizca de sal
AOVE para engrasar la sartén y freír
Para la salsa agridulce:
3 cucharadas de vinagre de Jerez
3 cucharadas de miel
120ml de agua
2 cucharadas de kétchup (sin gluten)
1/2 cucharadita de sal
Una pizca de pimienta
1/2 cucharada de Maizena
1 cucharadas de agua
Para el relleno:
250g de queso crema
Unas 16 gambas blancas u 8 langostinos
1 diente de ajo
Perejil fresco
AOVE
Sal
Pimienta
Elaboración:
Comenzamos con la preparación de la salsa agridulce, ya que la vamos a utilizar para macerar un poco las gambas o langostinos, lo que tengáis.
Para ello, ponemos en un cazo a fuego alto: el Vinagre de Jerez, la miel, el kétchup, el agua, la sal y la pimienta. Integramos todo muy bien, sin dejar de remover.
Por otro lado, disolvemos la Maizena en una cucharada de agua. Cuando la mezcla que tenemos en el cazo empiece a hervir, le incorporamos la Maizena diluida, y la volvemos a llevar a ebullición y veremos como ha espesado ligeramente. Y ya la tenemos lista. La apartamos a otro reciente para que enfríe bien.
¡A por el relleno! Nosotros nos hemos decantado por uno de marisco y queso crema, que casan muy bien. Muy sencillo, pelamos las gambas, limpiando el intestino de cada una (el hilito negro), y las pasamos a un bol con un par de cucharadas de nuestra salsa agridulce, una vez esté fría, y perfil fresco picado.
Mientras se van macerando ligeramente las gambas, picamos un diente de ajo y lo sofreímos en un sartén o wok con un pelín de aceite (no interesa que el relleno quede líquido, ya que sino no nos van a quedar bien los rollitos al rellenarlos). Cuando el ajo comience a dorarse un poco, incorporamos las gambas picadas a cuchillo, y las salteamos (con un par de minutos será suficiente). Apartamos del fuego, y añadimos el queso crema e integramos todo muy bien. Pasamos a otro bol y dejamos que enfríe del todo, introduciéndolo en el frigorífico, para que quede más sólido.
Mientras nuestro relleno de queso y gambas se enfría, vamos a preparar la pasta filo sin gluten. No es nada complicado, solo hay que tener un poco de paciencia y cogerle el truco. Tamizamos la harina, y mezclamos en un bol con el agua, que tiene que estar muy fría, añadimos una pizca de sal, y mezclamos bien con unas varillas. Tiene que quedar una mezcla con una consistencia similar a la masa de las crepes. Si vemos que hay algunos grumos, pasamos la mezcla por la batidora y listo.
Luego, muy importante, en el mejor sartén antiadherente que tengáis o el más nuevo, ya que, sino no vais a poder despegarlas bien después, la ponemos a fuego medio, y con la ayuda de un pincel pintamos el fondo de la sartén con un poco de aceite de oliva. Con otro pincel, vamos pintando el fondo de la sartén con la mezcla que hemos preparado, lo tenemos que pasar varias veces para que nos quede una capa completa de pasta filo, sin zonas sin masa. Dejamos cocinar un par de minutos por ese lado. Cuando veamos que ya está cuajada, con una espátula de silicona o con los dedos (cuidado de no quemarnos), damos la vuelta a la masa y la dejamos cocinar 1 minuto más por ese otro lado. Después las sacamos y las vamos dejando sobre un paño limpio, que iremos cerrando cada vez que hagamos una tortita, para que no se sequen, o también las podéis ir dejando sobre papel film, separadas unas de otras con una capa de film.
Os dejamos este vídeo que compartimos en Insta, para que veáis el proceso, así es más sencillo
Rollitos sin gluten rellenos de marisco y philadelphia! En el vídeo podéis ver cómo hacíamos las tortitas en la sartén! Esta tarde, en el #blog la receta #felizmiercoles #celiacos #celiacs #coeliacs #celiacdisease #glutenfree #singluten #rinconsinglu #fastafilo #homemadefood #tasty #instafood
Una publicación compartida de Rincón Singlu (@rinconsinglu) el
Ahora pasamos a preparar los rollitos. Es recomendable recortar los bordes, y trabajar con la oblea en forma de rectángulo o cuadrado, ya que nos permitirá cerrar mejor los rollitos. Es sencillo, simplemente, ponemos una cucharada de nuestro relleno cerca del borde, damos un giro dando forma de cilindro, cerramos los laterales, y continuamos girando, y terminado de cerrar. Mojamos la yema de los dedos con un pelín de agua, para que se peguen y poder cerrarlos bien.
Ya solo nos queda freírlos. En una sartén con abundante aceite (si es AOVE mejor) o en freidora, cuando esté bien caliente, vamos añadiendo los rollitos. Con uno o dos minutos por cada lado es suficiente, o cuando veáis que van quedado dorados. Tener cuidado de que no se abran, ya que si empiezan a abrirse y salir el queso empezará a saltar el aceite y os podéis quemar, por eso hay que cerrar muy bien los rollitos y que el relleno no se salga de la pasta. Los dejamos escurrir sobre papel absorbente, y ya los tenemos.
Los acompañamos servidos de nuestra salsa agridulce al vinagre de Jerez, para ir dipeando… mmm, buenísimos.
Esperamos que os animéis a hacerlos. Llevan tiempo, pero el resultado es muy bueno.