Esta semana iba a publicar una tarta de queso, pero como salió como el rosario de la aurora, tuve que improvisar un plan B. Algo que fuese fácil de hacer y que no requiriese mucho tiempo, ya que esta semana ha sido bastante atareada. Hacía años que en casa no comíamos estos rollitos de pollo con mascarpone y salsa de manzana. La verdad es que no sé el motivo de por qué no los había vuelto a hacer. La cuestión es que, después del desastre del pastel de queso se me ocurrió hacerlos y publicarlos en el blog. También hace años que tengo pendiente colgar esta receta, o sea. que ya me ha venido bien.
La receta la guardaba en un papel impreso dentro de una carpeta que usaba antiguamente para no tener desperdigadas las recetas, y no sé quién es el autor. Por lo tanto, si diese la casualidad de que el autor o autora leyese este post, muchas gracias por esta magnífica receta.
La receta es para 6 pechugas, y eso es lo que le pedí al carnicero... pero cuando fue la hora de hacer la receta en casa me di cuenta de que sólo me había puesto 5. Se debió de descontar... y ya eran las diez de la noche. Demasiado tarde para ir a reclamar...
Otra cosa: Las personas a las que no les guste el queso, también pueden hacer esta receta. En lugar de hacer rollitos, que hagan las pechugas tal cual al varoma. La salsa de manzana está buenísima y vale la pena probarla.
Venga, no me enrollo más. Aquí tenéis la receta:
Ingredientes:
6 pechugas de pollo abiertas a modo de librito (Yo puse 5 porque el carnicero debió de perder la cuenta con tanto librito... jajaja)
450 gr. de queso mascarpone
30 gr. de aceite de oliva
2 dientes de ajo
100 gr. de cebolla
500 gr. de manzana
250 gr. de agua
50 gr. de vino blanco
sal
Preparación:
Extender una lámina de papel film un poco más ancha que la pechuga y poner la pechuga completamente abierta encima.
Rellenar la pechuga con el queso mascarpone usando una espátula o un cuchillo. Hemos de tener en cuenta que la carne está cruda y os puede sobrar queso. Ese queso que os sobra, si lo queréis guardar, no tendría que haber tenido contacto con la espátula que lo extiende sobre la carne. Por lo tanto, mejor ir poniendo trozos de queso mascarpone en un plato con una cuchara que nunca tocará la carne cruda, y extender con una espátula el queso que hay en el plato sobre la carne. Así, si sobra queso, ese queso nunca habrá estado en contacto con la carne ni con ningún cubierto que toque la carne. No sé si me explico. Si no me explico, me lo decís en los comentarios.
Enrollar la pechuga.
Una vez enrollada, envolverla con el papel film transparente. Se ha de apretar bien y hacer una forma como de caramelo enrollado.
Hacer unos agujeritos en el papel film con un palillo. Repetir todos estos pasos para todas las pechugas de pollo. Las reservamos para más adelante.
Poner el aceite dentro del vaso y calentar durante 2 minutos, varoma, velocidad 1.
Poner los ajos en el vaso y sofreírlos durante 1 minuto, varoma, velocidad 1.
Poner la cebolla cortada en trozos grandes y programar 3 minutos, varoma, velocidad 1.
Lavar bien las manzanas y descorazonarlas con cuidado para que no quede ninguna semilla. No se les ha de quitar la piel. Partirlas a trocitos. Añadir al vaso las manzanas, el agua, el vino blanco y la sal.
Colocar la tapa de la Thermomix. Poner las pechugas en el varoma. 3 pechugas en la parte de abajo:
y 3 en la parte de arriba (en mi caso, 2... )
Tapar el varoma y ponerlo sobre la thermomix. Programar 25 minutos, varoma, velocidad 2. Aquí tenéis las pechugas una vez ha pasado el tiempo:
Y esto es lo que será la salsa:
Quitar el varoma y poner el cubilete. Triturar la salsa a velocidad progresiva 5 - 10 durante unos 20 segundos o hasta que la textura quede fina.
Quitar el papel film de las pechugas (cuidado que suelta mucha agua. Hacedlo en un sitio a parte antes de emplatar).
Servir las pechugas acompañadas de la salsa de manzana. Se pueden poner unas patatas fritas, arroz hervido, o lo que se desee como guarnición. Está buenísimo!!!
Aquí el corte de la pechuga: