500 g de harina de repostería
150 ml de Aceite de oliva virgen extra
Ralladura de la piel de una naranja
200 g de azúcar para las rosquillas
2 huevos
15 g de levadura química, un sobre
150 g de zumo de naranja
Un pellizco de sal
Para el rebozado azúcar y canela. Vamos añadiendo canela, hasta que el olor de la mezcla nos resulte agradable. Es al gusto
Para freís aceite de girasol en el que habremos frito previamente una cáscara de naranja a fuego suave, pero caliente
Vamos a mezclar todos los ingredientes secos por una parte y luego vamos añadiendo los húmedos de uno en uno. Obtendremos una masa pegajosa que dejaremos reposar una 1/2 hora.
El aceite preparado para trabajar a fuego suave pero calentito. Nos untamos las manos con aceite y vamos cogiendo porciones del tamaño de una cucharilla de postre. Hacemos una bolita con nuestras manos enaceitadas y luego, metiendo el dedo en el centro, haremos la rosquilla. Es una masa blanda y pegajosa, no os preocupéis está perfecta. Estiraremos un poco y meteremos en el aceite.
El aceite de freír ha de ser abundante, como 3 dedos de profundidad en la sartén. La rosquilla de repente empezará a flotar. Les vamos dando vueltas hasta que queden doradas. Si lo hacemos con el aceite muy caliente y el fuego muy fuerte nos quedará el interior crudo.
Escurrimos en un plato con papel absorbente, y las pasamos por la mezcla de azúcar y canela. Si sois capaces de esperar al café tendremos una maravillosa merienda familiar. Un beso a todas y a todos.