Estas últimas semanas he hecho muchos cambios en mi casa y hace poco en el blog, que por cierto espero que les guste el nuevo diseño tanto como a mí.
Desde que nació Saúl mi casa no volvió a ser la de antes, se convirtió en un completo caos. Para los que tienen niños pequeños, saben de qué les estoy hablando. Es casi imposible tener dos horas seguidas la casa ordenada. Aunque de hecho sí hay un momento que esto puede ser posible, cuando están durmiendo.
Y tengo que decir que en estos momentos tener un hijo pequeño, ya no es un pretexto para mí. Mi hijo me ayuda mucho, él recoge sus juguetes y todo su desorden. Cuando le pido ayuda para doblar su ropa, hasta me quedó impresionada de lo bien que lo hace para tener tan sólo 5 añitos.
Aún así, yo no podía con mi casa, en realidad no sé qué me había pasado. Y era algo que me tenía un poco preocupada.
Puede que sí tenga más actividades que antes, sin embargo sabía que algo se podía hacer.
Mi primer paso fue investigar cómo tener más ordenada mi casa, sí, ya necesitaba ayuda. Necesitaba alguien que me dijera qué hacer.
Me tope frecuentemente al leer artículos o ver vídeos con el miminalismo, del cual justo mi amiga Michelle hablaba de el en su blog The Sweet Molcajete el pasado mes. Y el método de Marie Kondo y su libro "la magia del orden".
Creía que era una persona simplista, y me di cuenta que no era así. Al menos no en todas las áreas de mi casa. Y definitivamente me estaba volviendo una acumuladora. La que se supone no tenía apego a las cosas, estaba guardando cosas que ni siquiera servirían. Cajas de los electrodomésticos; de laptos, de zapatos (que ya ni siquiera tengo), de, de, de. Incluso tuve guardada la caja de mi KitchenAid como por tres años, esa ya la había tirado antes de esto, pero, cómo fue que no me deshice de ella desde el primer día, era una caja muy grande y ocupaba demasiado espacio.
Botellas de vidrio que tal vez les he dado el uso a una y tengo más de 30; las guardo porque su forma o su color es bonito. Ropa que tengo años que no me pongo y que incluso alguna está muy viejita.
Por eso las mujeres aunque tengamos suficiente ropa, usamos la frase típica de "no tengo nada que ponerme", cuando el closet está lleno. Lo que pasa es que mucha de esa ropa no nos hace feliz, no nos hace sentir cómodas.
¿Cómo tener una casa ordenada si tienes tanta basura?, que piensas que la vas a necesitar algún día. Ese "por si acaso", me estaba arruinando.
Mi segundo paso fue sacar muchas, muchas cosas no necesitaba.
Y no les mentiré, al principio no fue tan fácil, sobre todo con algunas cosas que les tenía cierto apego sentimental.
A mí me gustan las cosas básicas y sencillas, sin embargo había una parte de mí que ya se estaba yendo por otros rumbos.
Ahora me estoy quedando con cosas que realmente me son de utilidad, que me gustan y me sacan una sonrisa cada vez que las veo.
Aún no termino, pero sé que voy por buen camino. Y no se imaginan lo bien que se siente. Hacer esto me ha simplificado mucho el orden y la organización en mi casa. Siento como si me hubieran quitado un gran peso de encima.
Ahora sí, empecemos con la receta, ¿les parece?
Desde que miré esta receta de scones, sabía que era indicada. La fotografía de la receta original, así como la lista de ingredientes y el procedimiento me lo hacían saber.
Y no es por presumir, pero me he vuelto muy buena (casi siempre) a la hora de elegir recetas nuevas.
Para hacer los scones vamos a batir crema espesa y azúcar, después agregaremos la harina y el polvo para hornear. Es la primera vez que veo esta técnica. Y, ¡me encantó!
Al trabajar la masa es posible que la encuentren muy pegajosa, así que tengan listo una buena cantidad de harina para amasar, sin embargo traten de agregar sólo lo necesario, la masa debe quedarnos húmeda.
Yo aún sigo si comprar mi cortador y para cortar los círculos he utilizado una taza. Y pensándolo bien, no tengo que comprar un cortador, tendría que ser un set de varios tamaños. Me sería de mucha más utilidad, tendré que ponerlo en mi lista.
Para acompañar los sones necesitaremos más crema batida y mermelada. En mi caso utilicé una mermelada comprada de cereza, ustedes si pueden o tienen, podrían utilizar una mermelada casera, quedarían excelentes.
A mí me encanta hacer dentro lo posible todo casero en una receta, pero siendo sincera, hacer mermeladas no es lo mío. Así que, sí, ¡lo admito!, prefiero comprarla.
Si son de los míos, compren una de buena calidad (lean la etiqueta y asegúrense que no tenga ingredientes raros) y de su sabor favorito, la mermelada es lo que le va aportar sabor y dulzor a estos scones.
Scones Ingleses
12 scones aproximadamente.
Ingredientes.
600 ml crema espesa para batir, fría
1/4 taza (50 g) azúcar granulada blanca
3 tazas (450 g) harina, todo uso + para trabajar la masa
3 cditas. polvo para hornearPara barnizar.
1 huevo + 1 cdita. crema espesa para batir
azúcar mascabadoPara acompañar (opcional):
+ crema batida sin endulzar y mermelada*
Procedimiento.
Precalentamos el horno a 370 ºF (190º C) o en el caso de que su horno no dore fácilmente les recomiendo una temperatura de 400 ºF (200 ºC). Yo utilicé esta última temperatura.
Preparamos una charola con papel encerado o un silpat. Dejamos de lado.
En la batidora con el aditamento de glogo o con una batidora de mano, batimos la crema con el azúcar en un bowl frío (yo lo meto al congelador 10 minutos) a velocidad media-alta por 4 a 5 minutos hasta que formen picos firmes.
Mientras tanto en un bowl mediano mezclamos nuestra harina con el polvo para hornear con un tenedor o batidor globo.
Agregamos la mezcla de harina a la crema batida y mezclamos un poco con una espátula. Vaciamos la mezcla sobre una superficie enharinada y amasamos por 2 a 3 minutos hasta que se sienta suave la mezcla. Si está demasiado pegajosa, será necesario agregar más harina. Yo necesite bastante harina, ya que me quedó muy pegajosa. Sin embargo cuide que al final mi masa me quedara suave, húmeda y ligeramente pegajosa.
Con un rodillo extendemos la masa hasta obtener un grosor de 2.5 cm, cortamos círculos de 7 cm de diámetro hasta terminar con toda la masa y acomodamos en la charola.
Barnizamos cada scone con la mezcla de huevo y crema para batir. Espolvoreamos por encima un poco de azúcar mascabado.
Horneamos hasta que hayan aumentado de tamaño y estén dorados. Cerca de 20 a 30 minutos.
Dejamos enfriar ligeramente. Deben de estar un poco calientitos al comer, saben mucho más ricos.
Abrimos los scones con un cuchillo de sierra, agregamos crema batida y mermelada.
Notas.
*Necesitarán batir cerca de una taza de crema para los 12 scones.
-Duran de 4 a 5 días en un contenedor hermético y guardados en el refrigerador. Y a temperatura ambiente de 2 a 3 días en clima frío.
-El mejor momento para comerlos es el día que se preparan, pero les daré algunos tips para que les queden como recién horneados días después. El primero sería, recalentar en un horno eléctrico a 180 °C o en uno convencional por 10 a 15 minutos. El segundo es en el microondas por unos 30 segundos, sólo que en este último se reblandece todo el scone y ya no tiene la textura original; suave por dentro y firme por fuera. Pero igual es delicioso así suavecito.
Fuente: Receta inspirada y adaptada de Gourmet Traveller
La masa de los scones tiene una textura buenísima, acompañados con lo suave de la crema y la dulce mermelada quedan increíble.
Es el tipo de postre que se puede comer en el desayuno, brunch, en la comida, en la hora del té o en la cena (yo por el momento evito los carbohidratos en la cena, pero una parte de mí me dice que sería una gran idea).
Tanto me gustaron estos scones que ya los he hechos dos veces, aunque en la segunda ocasión fue para acompañar la deliciosa receta de pollo frito de Donna Hay. Hicimos pollo estilo KFC con todo y la ensalada de col y el puré de papa, por supuesto nos quedó por mucho, más delicioso. Esa vez los scones los bañé con una mezcla de mantequilla derretida y miel de abeja, no hay palabras para decirles lo buenos que estaban así también.
¡Que lo disfruten!
Brunis boulangerie