Os traigo una receta espectacular, no sólo por el nombre que ya sólo de pronunciarlo te llama la atención; o la presentación que es de lo más vistosa y entra por los ojos nada más verla; es el sabor y combinación de ingredientes, la fusión en sí de todo.
La primera vez que oí hablar del Solomillo Wellington fue en el programa de MasterChef, fijaros como son las cosas. Desde aquél día lo he preparado en varias ocasiones y he de reconocer que las 2 primeras no salieron como dios manda... Pero con los errores se aprende y aquí os traigo mi versión.
El solomillo Wellington (impone hasta el nombre jajaja) se hace normalmente con solomillo de buey o ternera, duxelles (que es salsa elaborada a base de champiñones, chalotas bien picadas, mostaza y foie gras) y hojaldre.
Es un plato fácil de hacer pero que lleva su tiempo de preparación. Para mí es un plato muy elegante y por el coste económico que supone (hoy haremos una versión más económica) está considerado como plato para fiestas, en Navidad es muy típico. Y mi versión de hoy es esta ...
Ingredientes (Para 2 Solomillos Wellington):
1 Solomillo de cerdo
1 puerro
3 chalotas
1 lata de foie gras (yo usé paté al Pedro Ximenez)
2 láminas de hojaldre
sal
pimienta
aceite de oliva
1 huevo batidoElaboración:
Lavamos el puerro y lo picamos muy fino y trozos pequeños. Cortamos las chalotas y picamos igualmente en trozos pequeños.
En una sartén vertemos un chorrito de aceite y pochamos el puerro y las chalotas durante 8-10 minutos. Depositamos las verduras en un colador y colocamos un papel absorbente debajo para recoger el exceso de grasa. Reservamos.
Cogemos el solomillo de cerdo y lo secamos muy bien con papel de cocina. En mi caso como he hecho 2 solomillos, la pieza entera la he partido en 2 trozos iguales. Salpimentamos al gusto y sellamos los solomillos en otra sartén con unas gotas de aceite. La sarten tiene que estar muy caliente, 1 minuto por cada lado aproximadamente o hasta que esté bien doradito. Retiramos y reservamos en un plato con papel absorbente en la nevera (ya veréis porque es tan importante quitar el exceso de jugo o caldo).
Precalentamos el horno a 200º C con calor arriba y abajo.
Extendemos una masa de hojaldre y con un corta pizza o cuchillo afilado cortamos un trozo (como en la foto) que nos servirá después para decorar nuestro hojaldre.
Añadimos la mitad de nuestras verduras y extendemos (ver foto), dejando libre los márgenes para cerrar nuestro solomillo.
Colocamos encima de las verduras uno de los trozos de solomillo que teníamos reservado y lo untamos con paté o foie gras por encima.
Con ayuda de un pincel y el huevo batido, pintamos los bordes y cerramos primero el solomillo y luego los bordes, Si nos sobra mucha masa como a mí, cortarla con un cuchillo. Meter los bordes hacía abajo y presionar con cuidado para que queden bien cerrado (pintar con huevo si es necesario). Pintamos con huevo el paquete por fuera para que al decorarlo se peguen los trozos de pequeño tamaño.
Con el trozo de masa que cortamos al principio yo hice tiras más finas y las usé como adorno, podéis hacer formas con los corta pastas, espirales, rejillas... lo que se os ocurra para decorarlo. Lo volvéis a pintar con huevo y a la nevera unos 10-15 minutos en la parte más fría.
Introducimos el hojaldre en el horno unos 15-20 o más minutos (depende de cada horno) hasta que el hojaldre esté dorado y tenga ese color tan llamativo.
Servimos acompañado con una ensalada, yo elegí rúcula y canónigos aliñados con sal, aceite y unas gotas de vinagre.
CONSEJOS
Es importantísimo retirar el exceso de caldo y jugo de los ingredientes, ya que si no lo hacemos, a la hora de introducir nuestro Solomillo Wellington en el horno, el hojandre de debajo se quedaría húmedo y se nos rompería por ahí, además que a la vista no queda muy vistoso y en vez de comer hojaldre crujiente, sería como comer miga de pan mojada... y como que no!!
Se usa chalota en vez de cebolla porque el sabor que deja es más dulcecillo y queda más suave de sabor.
El paso de introducir la carne en la nevera, es importante para que la carne no suelte mucha sangre, recordar que sólo lo hemos sellado, está dorado y crujiente por fuera y tierno y crudo por dentro (se hace un poco más en el horno, pero no se aprecia mucho la diferencia).
El hojaldre, después de manejarlo y adornarlo ha cogido temperatura y al manipularlo tiene más peligro de romperse, rajarse o desmontarse, cuanto más frío esté mejor y, a la hora de meterlo en el horno, el resultado es mil veces mejor. Probarlo!!!
Podéis cambiar los ingredientes, añadir bacon o panceta, queso... lo que queráis.
Se puede comer tal cual que queda muy jugoso o preparar una salsa a parte, todo va en los gustos.
Podéis hacer solomillos más pequeños o uno más grande, depende del tiempo y los invitados ;).
Espero que lo probéis, os lo recomiendo. Un plato 10 para cuando vienen las visitas o para fiestas importantes. Si tenéis dudas preguntar ;))
Feliz día cocinillas!!!