Sopa de chocolate blanco, preparación:
Como he dicho en la presentación, preparar esta sopa de chocolate blanco no entraña demasiada dificultad. En una cazuela en la que calibremos que va a caber toda la mezcla, colocamos la nata (crema de leche) líquida, el azúcar y el chocolate blanco, y lo ponemos a fuego lento. Comenzamos a batir para que se deshaga el chocolate blanco y cuando lo esté, añadimos el yogur y la gelatina. La cantidad de gelatina tiene que ser la que pongo, poner un poco más o un poco menos podría suponer que no saliera bien. Os recomiendo que en cuanto estén todos los ingredientes disueltos y mezclados, lo retiréis del fuego, porque así se enfriará antes.
Cuando toda la mezcla de la sopa de chocolate blanco esté bien integrada, no hay mucho más que hacer. La vamos poniendo en recipientes de nuestro gusto, en este caso he utilizado unas copas de cóctel y unos vasitos de sidra bajos, que es lo que tenía por casa, realmente no es algo importante, lo que sí lo es es comerse la sopa. Los tenemos que dejar enfriando el tiempo suficiente para que se solidifique la sopa, recordad que tiene que soportar el peso de la mermelada, así que para comprobar si está lista, le podemos dar golpecitos muy suaves en la superficie. No lo hagáis antes de que pase una hora por si acaso.
Una vez la sopa de chocolate blanco haya solidificado, la sacamos de la nevera y le vamos poniendo la mermelada de fresa por encima y le ponemos unas guindas verdes o lo que os parezca por encima. Ahora mismo se me ocurre que se podrían rallar unas lascas de chocolate con leche por encima también y el postre seguiría siendo muy bonito. Bueno, hasta aquí la preparación de esta deliciosa sopa de chocolate blanco amig@s. ¡Hasta la próxima receta!
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