Para la sopa de chocolate blanco:
200 g de chocolate blanco vegano
200 g de agua
200 g de leche de arroz
200 g de nata (crema de leche) para montar vegetal
4 cucharadas soperas de ron blanco
Para el helado de frutos rojos:
125 g de frambuesas
100 g de fresitas del bosque
125 g de moras
125 g de arándanos
200 g de fresas
555 g de agua
445 g de azúcar
Zumo de 1 naranja
Zumo de 1 limón
4 cucharadas soperas de licor de frutos rojos
Para la galleta de sésamo:
Azúcar
Sésamo blanco
Sésamo negro
ELABORACIÒN DE SOPA DE CHOCOLATE BLANCO CON HELADO Y GALLETA
Para la sopa de chocolate blanco: Evaporamos el alcohol, opcionalmente. Troceamos el chocolate blanco y los mezclamos en un cazo con el resto de ingredientes. Lo llevamos a ebullición, a temperatura máxima sin dejar de remover con unas varillas.
El chocolate se irá derritiendo y llegará un momento que comenzará a subir, como cuando se hierve la leche. Ese es el momento de retirarlo del fuego.
Este tipo de chocolates veganos deja restos (creo que por la vainilla que lleva) así que es mejor colarlo. Con el chocolate blanco normal no pasa. Así que yo pasé la crema resultante por un filtro de café para eliminar cualquier resto y luego se deja enfriar en un bol, removiéndolo de vez en cuando con las varillas puesto que se le forma una especie de telilla en la superficie conforme se va enfriando. Dejamos enfriar completamente y ya podemos guardarla en la nevera hasta la hora de servir puesto que es mejor servirla bien fría.
Para el helado de frutos rojos: Ponemos todos los frutos rojos en el vaso de la túrmix y los trituramos.
Colamos toda la fruta con un colador de malla para eliminar todas las semillitas.
Ponemos el azúcar con el agua en un cazo y lo llevamos al fuego, a temperatura medio alta (en la vitro al 7) hasta que comience a hervir. En ese momento lo retiramos y reservamos en un bol. Debemos dejarlo enfriar completamente.
Mientras exprimimos la naranja y el limón y colamos el zumo. Reservamos. También ponemos en un pequeño recipiente el licor de frutos rojos y reservamos para tenerlo todo a punto cuando empecemos a mezclar los ingredientes.
Cuando el almíbar esté ya frío añadimos la pulpa de la fruta y removemos bien con unas varillas hasta integrarlo todo.
Añadimos el zumo de naranja y de limón mientras removemos y después el licor. Seguimos removiendo hasta integrar todo bien.
Colocamos la mezcla en un recipiente de cierre hermético, si puede ser metálico mucho mejor, aunque yo lo hice en un táper de plástico porque no me cabía toda la mezcla. Lo mejor es que sea un recipiente más ancho que alto para que se congele más rápido. Lo llevamos al congelador y lo iremos sacando cada tres horas para remover. Los helados de fruta tardan muchísimo más en congelarse así que no hace falta ir removiendo cada media hora o tres cuartos. Con hacerlo cada tres horas es suficiente. Removemos, tapamos y volvemos a meter al congelador.
Pasadas tres horas más, es decir, a las seis horas, el helado ya está casi todo cristalizado y medio congelado. Removemos con las varillas para romper los cristales de hielo y mezclar bien los bordes con el centro y volvemos a llevar al congelador.
Y ya por último, tres horas más y con un total de 9 horas, ya tenemos el helado casi del todo congelado. Es hora de vaciarlo en un bol y batirlo enérgicamente con varillas eléctricas para romper todos los cristales (lo justo y necesario para no calentarlo demasiado y que se nos descongele).
Lo metemos al molde final que queramos usar para el helado pero que quede cerrado herméticamente o lo dejamos en el mismo táper (cuestión de gustos) y ya podemos dejarlo en el congelador hasta la hora de servir. Mejor de un día para otro.
Para la galleta de sésamo: En un cazo de fondo grueso y lo más ancho posible colocamos una base de azúcar bien extendida y fina. Lo llevamos a fuego medio (en la vitro al 5) y lo dejamos que se vaya derritiendo moviendo de vez en cuando el cazo. El azúcar no se debe remover ni tocar en ningún momento, solamente movemos el cazo de vez en cuando. Si hacemos más cantidad debemos ir añadiendo más azúcar poco a poco conforme se vaya caramelizando. Para hacer un buen caramelo y que no se nos queme debemos poner siempre una capa fina bien extendida en el fondo e ir añadiendo el resto poco a poco conforme se va derritiendo. Al cabo de un rato veréis como el azúcar se va derritiendo.
Un rato más y el caramelo se irá volviendo de color dorado y ese es el momento de retirarlo del fuego porque si se nos quema tendrá un sabor bastante amargo.
Con mucho cuidado ya que la temperatura del caramelo es altísima y una quemadura puede ser muy grave, vertemos el caramelo sobre papel de horno lo más extendido posible que podamos, añadimos la mezcla de sésamo, tapamos con más papel de horno y aplanamos con un rodillo para que nos quede una galletita lo más delgada posible. Esta operación debe ser muy rápida porque el caramelo se endurece muy rápido.
Cuando ya se haya enfriado del todo, lo despegamos del papel y cortamos en trozos irregulares. Podría dejarse así pero queda demasiado pegajoso para guardarlo y reservarlo.
El último paso fue rebozar los trocitos en una mezcla de sésamo blanco y negro para que quedaran bien cubiertas las galletitas (aquí podría haber utilizado sésamo tostado).
Guardamos en una cajita o táper hasta la hora de servir.
Para montar el plato únicamente colocamos el helado con la galletita de sésamo en el centro del plato, en forma de quenelle con la ayuda de dos cucharas, presentar la sopa en una jarrita y verterla sobre el helado.
Receta enviada por seguidores / amigos de la web elbullirdeagus.com y el grupo de cocina de Facebook elbullirdeagus.com
Mejor receta del día 5 -6 – 15 del concurso del grupo de cocina de Facebook elbullirdeagus.com
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