El consumo en la provincia de Málaga de esta humilde sopa de tomate está bastante extendido. Se solía acompañar de fruta de temporada como las uvas o las manzanas.
En otros casos se le añadía un puñadito de almejas justo en el último hervor o incluso pescado o gambas.
Una variante de esta sopa también bastante conocida es la de fideos con coquinas que os enseñaré a hacerla en otra ocasión.
Ingredientes:
1 pimiento verde
1 cebolleta o cebolla
3 dientes de ajo
1 Kg de tomates escalfados y pelados
1/2 cucharadita de pimentón dulce
Hierbabuena
Pan cateto "asentao"
Aceite de oliva virgen extra
Sal
1 cucharadita de azúcar
1 huevo por comensal
Comenzamos haciendo un sofrito con los ajos, el pimiento y la cebolleta. No hay que esmerarse en exceso al cortarlos ya que después lo trituraremos.
Cuando las verduras estén bien pochadas añadimos los tomates cortados y la cucharadita de azúcar. Hacemos todo el conjunto a fuego medio y con esmero ya que el éxito del resultado final de nuestra sopa es justamente haber hecho un sofrito bien hecho y sabroso.
Ponemos agua a calentar con un poco de sal en una cacerola amplia.
Trituramos el sofrito o lo pasamos por el pasapurés. Este proceso es para que nuestra sopa quede fina.
Hay quien este paso no lo hace porque prefiere una sopa de tomate con textura más rústica.
En el recipiente donde vayamos a servir la sopa ponemos el pan cortado a pellizcos y cubrimos con una buena cantidad de hierbabuena.
El sofrito una vez triturado lo añadimos al agua que teníamos hirviendo. Probamos para rectificar de sal en caso necesario y escalfamos los huevos tras dejarlo hervir unos minutos.
Para terminar, cubrimos el pan y la hierbabuena con la sopa de tomate y servimos bien caliente.