El blog que hemos asaltado este mes es No sin mi taper de Montse Gálvez. Tiene un buen surtido de recetas deliciosas con fotos que invitan a comerlas y cocinarlas nada más verlas. Pero como decía, en cuanto vi su suflé de bacalao (by Montse Gálvez) lo tuve claro.
Yo he querido darle mi toque añadiendo unas cuantas gambitas cocidas y cambiando la cucharada de mostaza por una cucharada de allioli, así como el tomillo por perejil, pues creo que combina mucho mejor con el allioli. Otro cambio que he hecho es utilizar puerro en lugar de cebolla y es que mi marido no puede verla ni en pintura, así que siempre busco una alternativa, como el puerro en este caso, o cocino sin, ya me he acostumbrado. Seguro que más de una madre tenéis que hacer lo mismo, pues es muy común que a los niños nos les guste esta verdura tan presente en nuestras cocinas.
Ingredientes para 2 raciones
250gr. bacalao desalado
1 puñado de gambas cocidas
50gr. puerro (o cebolla)
1 diente de ajo
200ml. de leche
30gr. aceite de oliva
30gr. harina
2 huevos
1 cucharada de Salsa "allioli"
perejil fresco al gusto
sal y pimienta negra
Para los moldes: mantequilla y harina
Cocemos el bacalao con la leche unos 10 minutos. Reservamos el bacalao y la leche.
Retiramos todas las espinas y pieles que pueda tener el bacalao y lo cortamos bien pequeñito. También cortamos en trocitos muy pequeñitos las gambas cocidas y reservamos.
Picamos el puerro (o la cebolla) muy pequeñito, lo podemos pasar por una picadora para evitar encontrarnos ninguna textura.
En una sartén colocamos el aceite, el ajo picado y el puerro picado.
Lo sofreímos unos minutos y le añadimos la harina. Mezclamos unos segundos para que se cocine la harina y le agregamos la leche que habíamos reservado en el paso 1. Removemos hasta tener una bechamel espesa y retiramos del fuego.
Mezclamos la bechamel con el bacalao desmigado, las gambas, el perejil picado y la pimienta.
Separamos las yemas y las claras de los huevos. Mezclamos las yemas con la salsa allioli y agregamos todo a la bechamel templada. Dejamos enfriar.
Montamos las claras a punto de nieve con un poco de sal.
Finalmente, mezclamos las claras con la bechamel mediante movimientos envolventes para evitar que pierdan demasiado aire.
Untamos unos moldes con mantequilla y harina y vertemos parte de la mezcla. Hay que rellenarlos bastante para que cuando suba se vea bonito.
Horneamos a 200ºC con calor arriba y abajo durante unos 20/25 minutos.
Ya podremos servir nuestros deliciosos suflés y chuparnos los dedos con esta delicia. ¿Has cocinado algún suflé? ¿Qué tal la experiencia? Os dejo un bocadito para que disfrutéis
Hay que servirlos al momento si queremos que estén inflados porque enseguida se bajan, es inevitable.