Recuerdo perfectamente la primera vez que vi un pescado con anisakis. Es curioso como funciona la memoria, se recuerdan cosas con todo lujo de detalles que pasaron hace mil años y otras no somos capaces de recordarlas.
Por aquel entonces, mi madre estaba ingresada en el hospital. Aunque tenía 17 años, yo era la encargada de hacer la compra y cocinar y fui a la pescadería a comprar bacaladillas (en otros sitios son conocidas como perlas). Cuando las estaba preparando para hacerlas empezaron a salir gusanitos, ¡buagh! Lo primero que pensé es que el pescado estaba podrido, porque en los años 90 no se oía nada del anisakis. Así que, ni corta ni perezosa, volvía la pescadería para decírselo a la pescadera y recuerdo que me dijo que eso era normal en el pescado, que no pasaba nada. Como buena rebelde y protestona que era, le dije que no lo quería, que eso no podía ser normal. Me devolvió el dinero y no volví a aquella pescadería, por supuesto.
En estos años, cada vez hay más pescado infectado por anisakis y hay más control sanitario en el tema. Afortunadamente, yo no he vuelto a verlo. En teoría, este parásito solo afecta a los alérgicos a él, pero no es plato de gusto limpiar pescado y verlo ahí tan enroscadito.
Desde el año 2006, los bares y restaurante que sirven pescado crudo o poco hecho tienen la obligación de congelarlo previamente durante al menos 24 horas a una temperatura inferior a -20ºC. Y eso es lo que deberíamos hacer si consumimos pescado poco hecho o crudo en casa. Como dato curioso, Japón es el país donde mayor porcentaje de pescado contaminado hay.
Reconozco que soy poco paranoica con este tema y que tengo un buen congelador, pero si tengo que comer pescado crudo no me la juego y lo compro congelado. En realidad, en casa comemos poco pescado crudo, algunos boquerones en vinagre, algún tartar, algo de sushi…
Por desgracia, la oferta de pescado en la mayoría de las tiendas de congelados es escasa. Bueno, no es que sea escasa, es que es difícil encontrar pescados que se salgan de lo típico.
Así que cuando descubrí congelados la Sirena di botes de alegría. No es que prepare sushi a diario, pero la tranquilidad de saber que cuando quiero hacerlo puedo comprar allí el pescado, hace que lo haga con más frecuencia que antes. Y que me lo coma más tranquila.
Ya sabéis que existen diferentes tipos de sushi (al fin y al cabo, es una palabra tan genérica como “pasta”):
Maki, que es el que más se ve y se consume en España.
Uramaki.
Temaki.
Nigiri.
Gunkan.
Inari,
Oshi.
Chirasi.
Los pescados más comunes para prepararlo son el atún, el salmón y la anguila. Mi favorito es el de atún y en la Sirena hay varios cortes y tipos de atún congelado para prepararlo: en rodaja, en solomillo, en ventresca o en lomito (un pequeño truco que utilizo cuando compro atún congelado, es que lo troceo/lamino cuando aún está congelado, así no se desgarra con el cuchillo y queda más bonito).
Pero si te gusta el sushi y te da pereza prepararlo (reconozco que a mi no me da pereza, pero tengo poca destreza a la hora de hacer los makis) siempre puedes recurrir al sushi congelado listo para consumir. Cajas desde 8 hasta 26 piezas de sushi o de nigiris. Cualquiera de estos packs va acompañado de salsa de soja, wasabi y gari, para que solo sea descongelar y comer.
¿Cuál es tu sushi favorito? ¿Lo haces en casa? ¿Tienes algún truco secreto para que los makis sean dignos? ¡Soy toda ojos!