Tengo clientas que no son demasiado golosas y que el buttercream tradicional se les hacía muy pesado así que había que buscar una alternativa que les satisficiera, así llego el swiss buttercream a mi vida. Es perfecto tanto para rellenos, como para hacer de pegamento en tartas decoradas de fondant.
Ingredientes
100 gr de clara de huevo pasteurizada
200 gr azúcar glace
300 gr mantequilla
Como veis, la proporción es de 1 parte de claras, 2 partes de azúcar y 3 partes de mantequilla; así que podéis adaptarla a vuestras necesidades fácilmente.
Preparación
Comenzamos montando las claras con el azúcar en un recipiente al baño María. Batimos constantemente hasta que el azúcar se haya disuelto en las claras y la mezcla haya cogido temperatura.
Iremos comprobando que las claras no se noten arenosas. Este proceso puede tardas unos 5 minutos.
Pasaremos esta mezcla a un bol frío y comenzamos a montar las claras a velocidad alta con la batidora. También se puede hacer a mano, pero terminaréis agotados.
Tenemos que conseguir un merengue que forme picos . Tener paciencia porque este proceso nos puede llevar unos 10 minutos si usamos claras naturales, o incluso más si las usamos pasteurizadas.
Comprobamos que el merengue se haya enfriado y podemos ir añadiendo la mantequilla previamente atemperada. La iremos añadiendo en trocitos hasta que se vaya incorporando.
En este paso habrá un momento en que nuestra buttercream parecerá cortada. Eso es normal, tenemos que continuar batiendo y veremos como la buttercream termina convirtiéndose en una crema suave y sedosa.
Esta buttercream la podemos aromatizar con esencias al gusto e incluso teñirla. En este caso, le hemos añadido extracto de vainilla y la hemos teñido en distintos colores.
Ya tenemos lista nuestra swiss meringue buttercream. Podemos guardarla en la nevera hasta una semana e incluso congelarla,
Os animo a probarla. Ya me contareis el resultado!
Buen fin de semana