En psicología se define la palabra “emoción” como aquel sentimiento o percepción de los elementos y relaciones de la realidad o la imaginación, aunque también he leído que la emoción es la alteración afectiva intensa que acompaña o sigue inmediatamente a la experiencia de un suceso feliz o desgraciado o que significa un cambio profundo en la vida sentimental.
Me emocioné profundamente, una emoción de esas que marcan la vida, cuando supe que estaba embarazada y sobre todo cuando supe que era una niña. Lloré en ése momento de felicidad, soñaba con esa personita de apenas unas semanas que llevaba en mi interior, hablaba con ella, sentía una comunicación única, especial.
Aunque tenía a mi hijo de nueve años, una niña era para mi un regalo, deseé tanto que se pareciera a mi madre, que sonriera como ella, que cuando nació era su vivo retrato, aún hoy me la recuerda cuando sonríe como su abuela.
Cuando nace un hijo son tantos los sentimientos que embarga a una madre: felicidad, alegría, amor, ternura, responsabilidad y también un miedo y por supuesto emoción, la emoción de ser madre.
Ayer hizo 21 años y cada 20 de Noviembre, a las 3 y 15 minutos me vuelvo a emocionar.
Para mi hija (hoy en dia, universitaria estudiante de psicología) la entrada de hoy, la tarta de chocolate que le hice ayer, con todo el cariño y amor de su madre.
¿Como lo preparé?
Triturar en la picadora medio paquete de galletas tipo Principe de chocolate.
Mezclar con 150 gramos de mantequilla derretida y un chorreoncito de leche hasta conseguir una pasta homogénea.
Engrasar un molde desmoldable pintándolo con mantequilla derretida.
Echar la pasta en el molde procurando que quede bien alineada y recta en la base.
Meter en el horno, previamente calentado a 180º C durante unos cinco minutos para que la pasta se haga como si fuese una especie de bizcocho para conseguir que no se desmorone al cortarla. Sacar del horno.
Mientras, echar en una cacerolita 250 ml. de leche y 250 ml. de nata (crema de leche) (usé nata (crema de leche) ligera especia para cocinar, marca President), diluir cuatro o cinco cucharadas soperas de Cola Cao y un sobre de cuajada en polvo (usé de la marca Royal).
Llevar a ebullición sin dejar de remover procurando que no se hagan ni queden grumos y cuidando de que no se pegue al fondo.
Una vez que ha hervido, que la mezcla queda homogénea y una textura condensada, retirar del fuego y volcarla sobre la base de las galletas, en el molde.
Reservar y esperar a que se enfríe a temperatura ambiente para poder meterlo en el frigorífico hasta que se termine de cuajar.
Adornar con ralladura de chocolate.
¡¡ Todo lo mejor para mi "chiqui" !!