Antes de nada, feliz 2020 para todo el mundo. Espero que este año nos depare a todos mucha salud sobre todo eso, salud, que en mi familia durante el pasado año hemos cubierto el cupo de sustos e ingresos hospitalarios varios, y os deseo de todo corazón que se cumplan todos vuestros deseos y que tengamos muchas más recetitas ricas para hacer y sobre todo para disfrutar y divertirnos cocinando.
Y después de este parón navideño del blog vamos con la primera receta de este nuevo año que por alguna extraña razón pensé que ya os la había enseñado pero me he dado cuenta de que no lo hice. Si es que tengo la cabeza no sé dónde.
Con esta receta participé en septiembre en uno de los retos del grupo de Facebook "Cocinando con Claudia y Julia". Era un reto muy chocolatero, o sea, muy yo, así que esta tarta me pareció la mejor opción porque está hecha, rellena y cubierta con chocolate por expreso deseo de las miniflanerasque para eso era su cumple.
Desde que nacieron siempre les he hecho una tarta, pero este año, lo dejé para último momento y ya no me daba tiempo a hornear una en condiciones así que cogí la receta del bizcocho súper esponjoso en microondasque tengo en el blog y le hice algún cambio. Resultado: espectacular.
Mis peques a día de hoy no tienen ninguna restricción alimentaria pero como la mami también quería comer tarta, pues se la hice adaptándola a mi dieta, a fin de cuentas están acostumbradas y prácticamente no notan la diferencia.
Os cuento como la hice y lo que necesité para hacer en primer lugar el bizcocho: 18 gr. de almidón de yuca, 24 gr. de almidón de maíz, 18 gr. de harina de arroz, 2 cdas. de leche de arroz, 5 ml. de edulcorante líquido, 4 huevos enteros L, 2 claras de huevo, 20 gr. de cacao puro sin gluten ni azúcar, 2 pares de sobres de gasificante.
Y esto es lo que necesité para la ganache de chocolate: 100 ml. de nata (crema de leche) vegetal, 10 gr. de margarina o mantequilla vegetal y 125 gr. de chocolate para postres sin gluten, lácteos ni azúcar.
Para hacer el bizcocho mezclamos todos los ingredientes en un bol. Primero echamos los sólidos y luego la leche, los huevos y los sobrecitos de gasificante. Lo batimos unos 5 minutos con la batidora de varillas a velocidad media hasta que nos quede una mezcla esponjosa con burbujitas.
Engrasamos un molde apto para microondas (si es de silicona no hará falta porque se desmolda fácilmente) y vertemos la masa. Lo pondremos entre 4 y 6 minutos a potencia máxima.
Si lo preferís lo podéis hacer también en el horno para lo cual tendríamos que haber precalentado el horno a 180º y después hornear a la misma temperatura durante aproximadamente 25-30 minutos.
En ambos casos sabréis que está hecho cuando al pinchar con un palillo en el centro éste salga seco.
Cuando tengamos listo nuestro bizcocho de chocolate lo desmoldamos con cuidado de no quemarnos y lo dejamos reposar sobre una rejilla.
Ahora vamos a hacer la ganache que nos va a servir tanto de relleno como de cobertura.
En un bol ponemos la mantequilla a fundir en el microondas. La sacamos y le añadimos el chocolate troceado y removemos hasta conseguir una crema chocolateada. Si vemos que con el calor de la mantequilla fundida no es suficiente para que se derrita el chocolate le podemos dar otro golpecito de microondas. Eso sí!! con mucho cuidado de que no se nos queme.
Vertemos la nata (crema de leche) vegetal en un cazo que pondremos al fuego y cuando haya empezado a templarse le agregamos el chocolate fundido.
Removemos constantemente para que no se nos pegue y cuando empiece a hervir esperamos hasta que empiece a espesar e inmediatamente después retiramos del fuego.
La dejamos enfriar. Lo ideal es hacerla de un día para otro, ya que al enfriar coge más cuerpo y con esa textura nos resultará más fácil rellenar y cubrir el bizcocho.
Cuando tengamos la ganache y el bizcocho fríos es el momento de rellenar y cubrir.
Con un cuchillo de sierra cortamos el bizcocho a la mitad para hacer dos capas.
Ayudándonos de una espátula, extendemos la ganache de chocolate sobre la capa inferior y ponemos la otra capa de bizcocho encima.
Seguido y de nuevo con ayuda de la espátula que nos ayudará a alisar la superficie, cubrimos el bizcocho con la ganache restante procurando que nos quede lo más liso posible y de paso aprovechamos para disimular las posibles imperfecciones que tenga el bizcocho.
Para hacer esto lo ideal sería tener una base giratoria pero como no la tengo improvisé una con un plato grande colocado sobre un tazón de boca bastante ancha.
Cuando hayáis terminado de cubrir el bizcocho lo podéis adornar con nata (crema de leche), frutos secos, unos frutos rojos, lo que queráis o dejarlo así como hice yo.
Guardarlo en la nevera para que siga manteniendo una estructura firme y no se nos derrita la ganache.
On egin.