Este bizcocho es el quinto asalto de esta nueva temporada de los #Asaltablogs. Este mes ha tocado "robar" en la cocina de nuestra compi de Dulces Diabéticos.
Estoy encantada con este reto porque me está permitiendo conocer blogs súper interesantes y éste no iba a ser una excepción.
Tiene una gran variedad de postres sin azúcar, bueno, postres y muchas más cosas, pero ya sabéis que a mi me pierden los postres y éste que le he cogido prestado es espectacular.
En casa nos ha sorprendido porque tiene un sabor y una textura ligeros que no empalagan en absoluto y además el limón le aporta un toque ácido que contrasta a la perfección con la almendra.
Como siempre, os pongo el enlace a la receta para que podáis ver el original que ella llama bizcocho de limón sin harina ni azúcar
El mío es más pequeño porque no tenía tantas almendras así que adapté las cantidades del resto de ingredientes a los 125 gr. de almendra que tenía y no veáis lo que me costó, que soy de letras y aunque sea una simple regla de tres, me cuesta un mundo jeje.
Los ingredientes que usé en este bizcocho son 125 gr. de almendras, 125 ml. de leche de almendras, 90 gr. de claras de huevo, 10 gr. de impulsor químico, 19 gr. de aceite de coco, 1 chorrito de edulcorante, la ralladura de 1 limón y 16 ml. de zumo de limón.
Precalentamos el horno a 180º.
Separamos las claras de las yemas (aproximadamente son unas 3 claras de huevos talla M). Guardamos las yemas para darles otro uso y montamos las claras a punto de nieve. Cuando estén, las reservamos en el mismo recipiente donde las hemos montado dentro de la nevera.
Después, hice mi propia harina de almendras. Compré almendras naturales, las trocee un poco y literalmente las hice polvo con ayuda del molinillo de café. Reservamos también la harina.
En un bol batimos la leche junto con el aceite de coco que tiene que estar blandito, el edulcorante, el zumo de limón y la ralladura. Podemos batirlo a mano perfectamente.
Cuando tengamos estos ingredientes mezclados vamos añadiendo poco a poco la harina de almendras y la levadura y cuando éstas estén perfectamente incorporadas a la masa, sacamos las claras a punto de nieve de la nevera y con ayuda de una espátula y con movimientos envolventes para que la masa no pierda aire, las vamos echando muy poco a poco en el bol.
Cuando tengamos una masa lisa, homogénea y sin grumos, engrasamos y enharinamos (yo utilicé un poco de harina de arroz) un molde pequeño y vertemos la mezcla en él.
Metemos al horno a 180º durante unos 35 minutos.
Cuando esté listo lo dejamos reposar unos 5 minutos dentro del horno con la puerta abierta.
Después desmoldamos y dejamos enfriar sobre una rejilla.
On egin.