Este recetón es una versión sin manzana del bizcocho de manzana y almendra de @patosingluten.
No me quedaban manzanas pero me moría de ganas de hacerlo y lo único que tenía a mano eran unas peras, así que decidí darles una última oportunidad.
Ya que estaba haciendo cambios, modifiqué la proporción de las harinas y también en vez de huevos enteros, utilicé solamente claras.
El resultado es estupendo. Queda un bizcocho húmedo y jugoso por dentro gracias a las peras pero con una textura crujiente en la base y los laterales. Sin duda, de mis mejores postres hasta la fecha.
Es mejor comerlo frío porque así el aceite de coco se solidifica y le da una textura un poco más compacta, pero si sois unxs ansias como yo, podéis "atacarlo" cuando aún esté templado, aunque se os desmigará un poco, pero nada que no arregle una cuchara.
Ingredientes:
135 gr. harina de trigo sarraceno
45 gr. harina de almendra
20 gr. harina de avena sin gluten (o más harina de almendra)
170 gr. eritritol pulverizado (*)
7 claras de huevo
15 gr. impulsor químico
1/2 cda. sal
1 cdita. canela
130 gr. aceite de coco
2 peras
Elaboración:
Precalentamos el horno a 180º.
Ponemos en un recipiente las harinas junto con el impulsor químico, el eritritol, la sal y la canela.
Añadimos el aceite de coco que tiene que estar derretido o a punto de pomada y las claras de huevo.
Batimos con la batidora hasta conseguir una mezcla homogénea. Si queda una masa excesivamente compacta, podemos añadir una clara más de huevo o un chorrito de bebida vegetal (preferiblemente de almendra o avena).
Engrasamos y enharinamos un molde (usé uno pequeño, de 15 cm. de diámetro) y vertemos la masa.
Cortamos las peras en mitades, les quitamos las pepitas y el hilo central y las cortamos y ponemos sobre la masa del bizcocho tal y como veis en la foto de arriba.
Horneamos a 180º durante 40 minutos o hasta que al pincharlo con un palillo, éste salga seco. Os recomiendo que a media cocción lo tapéis con un papel de aluminio o vegetal para que no se nos oscurezca demasiado la parte de arriba.
Sacamos del horno y lo dejamos enfriar totalmente sobre una rejilla de repostería sin desmoldarlo.
Una vez frío, sacamos del molde y si queremos lo podemos pintar con un poco de mermelada por encima o como en mi caso, con un poquito de aceite de coco o simplemente lo dejamos tal y como está.
Así de jugoso queda por dentro:
(*) El eritritol pulverizado lo he hecho simplemente triturándolo en un molinillo de café. Me gusta más así porque se integra mejor en la masa, pero es un paso del que podéis prescindir perfectamente.
On egin.